Tiempos de formación, por grupos de edad, para comprender mejor a San Enrique de Ossó y el estado actual de su espiritualidad, momentos de Oración y Reflexión, ante Jesús Sacramentado, testimonios de cómo hoy podemos ser «esa mano que aviva el brasas que aún arden sobre las cenizas» (E.O.), renovación de nuestro compromiso con la MTA, actividades lúdicas con adolescentes y jóvenes para transmitir el mensaje de Enrique, Eucaristía de la fiesta de San Enrique en la parroquia de S. Luzia, con muchos jóvenes y adultos de la MTA animando el canto y otros servicios litúrgicos, una verdadera Eucaristía Sinodal, con toda la COMUNIDAD PARROQUIAL uniéndose a nuestra Fiesta y dando gracias con nosotros. Al finalizar nos hicimos fotos junto al cuadro decorado con San Enrique. Posteriormente, cena animada y socialización en el Refectorio del Colegio Luso-Britânico de Elvas.
Enrique fue LUZ ayer. Hoy somos nosotros.
Por esto y por tanto de la vida de Henrique, dentro de nuestras vidas, damos gracias a Dios. Y cantamos Magnificat (de San Enrique de Ossó)
“Mi alma glorifica al Señor
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.
Por el Padre Enrique de Ossó, siempre abierto al inmenso Amor de Dios,
por tu capacidad de asumir riesgos,
por tus sueños, por tus grandes ideales,
por sus obras basadas en la oración, el silencio y la humildad.
“Mi alma glorifica al Señor
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.
Por la confianza que el Padre Enrique depositó en el Señor,
por su Fe viva, por su corazón de apóstol,
que no retiene la semilla, sino que la arroja al viento del Espíritu,
para que dé vida y vida en abundancia…
“Mi alma glorifica al Señor
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.
Porque somos nosotros, hoy, Compañía,
extender, por todo el mundo, la llama del Amor de Cristo
que ardía en el corazón de Enrique de Ossó,
porque somos, hoy, una Comunidad Educativa,
llamados a educar para Cristo…
Somos hoy la MTA, llamada, en misión,
conocer y amar a cristo
y hacerle conocer y amar.
“Preciosa es la suerte que me corresponde
Estoy muy contento con mi suerte”.
Porque al igual que S. Enrique de Ossó
También nosotros hoy estamos llamados a ser santos,
conocer y amar a Cristo
y hacerlo conocer y amar. (María de Fátima Magalhães stj)