Y ADEMÁS ES GRATIS

Así escuché en un anuncio de un programa de meditación, que aseguraba la relajación, entre otras cosas: practica la meditación de forma regular, es muy sencillo y además es gratis. Y me llamó la atención eso de y además es gratis…

Por dentro me nació la sonrisa con ese… gratis. Porque a quienes se nos ha regalado en la vida desde muy pronto aprender a meditar, a reconocernos habitados y no huecos por dentro, como decía Teresa de Jesús, a acoger en el silencio la palabra que no es ruido, a orar… por supuesto gratis, y hemos descubierto y experimentado los beneficios de esa práctica, no podemos menos de agradecer tanto bien.

Aquel anuncio promovía una práctica y de paso promocionaba una aplicación de móvil con la que ejercitarse en la meditación. Cuando Teresa de Jesús invita a la meditación y a la oración dice constantemente y de mil maneras acostumbraos, acostumbraos, que es un ejercicio también. La diferencia es que la oración, en la experiencia de Teresa, es relación y trato de amistad con Quien sabemos nos ama, y va más allá de ser una práctica y traspasa las fronteras de un método, para ir haciéndose, día a día, modo de vida.

Dice ella que la mejor oración es la que deja mejores dejos llamo dejos a los deseos confirmados con obras[1], y ahí es donde habla la vida y calla el método… en las obras, en el modo de vivir y relacionarnos con los demás.

Ahora termina el curso para los colegios y para muchos proyectos sociales y pastorales, y es tiempo de cerrar etapa, de descansar y recobrar fuerzas… y qué bueno que sea tiempo también para reconocer y agradecer los espacios dedicados al aprendizaje y la interiorización de esa práctica teresiana de dejarnos mirar por Quien nos ama y nos habita, y descubrir los dejos, como los llama la Santa, acogidos, ejercitados, regalados… esas señales en  la vida que hablan más que las palabras y hacen crecer los deseos.

Y si al terminar el curso podemos añadir a lo anterior cuánto de ello reconocemos que ha sido gratis -aquel y además es gratis- nacerá el agradecimiento y la alegría. Tal vez entonces escuchemos dentro la invitación a compartirlo: gratis habéis recibido, dadlo gratis[2].

[1] Carta 136,4 de Teresa de Jesús al P. Jerónimo Gracián. Toledo, 23 de octubre de 1576.

[2] Mt 9,8

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