«La Palabra se hizo Humanidad. Y acampó en nuestra tierra… ¡Desde entonces, todo ser humano lleva dentro la semilla del Amor!»

Éstas son hoy las “Palabras de la Hna. Provincial”… Las que me presto… tal vez a las que le pongo voz, como Juan el profeta. Hoy solo deseo mirar las “señales”, acoger tanto Misterio de Quien siendo Dios se nos acerca tanto, e invitarnos a algo tan teresiano como mirarle y dejarnos mirar. Y que nazcan gestos de amor.

Dice Teresa de Jesús: Puede representarse delante de Cristo y acostumbrarse a enamorarse mucho de su sagrada Humanidad y traerle siempre consigo y hablar con Él, pedirle para sus necesidades y quejársele de sus trabajos, alegrarse con Él en sus contentos y no olvidarle por ellos, sin procurar oraciones compuestas, sino palabras conforme a sus deseos y necesidad… traer consigo esta preciosa compañía.

Enrique de Ossó, desde su experiencia, nos invita también: No me hablen los doctores, los sabios ni los profetas; háblame Tú, Verdad eterna, que abriste la boca de los profetas e iluminas a todo hombre que viene a este mundo. En tu presencia está mi corazón y mi silencio te habla.

El Papa nos ofrecía también esta Nochebuena su deseo en la celebración del nacimiento de Jesús: acojamos esta gracia, este don. Antes de ir en busca de Dios, dejémonos buscar por Él. No partamos de nuestras capacidades, sino de su gracia, porque Él es Jesús, el Salvador. La Navidad nos recuerda que Dios sigue amando a cada persona, a mí, a ti, a cada uno de nosotros, Él nos dice hoy: “Te amo y siempre te amaré, eres precioso a mis ojos”. La pregunta que surge en Navidad es: ¿Me dejo amar por Dios?  Al comenzar un nuevo año, su mirada y cuidado nos ofrecen señales para la vida: misericordia, bendición y paz. ¡Feliz año 2020 aprendiendo su modo y sus caminos! Se nos regalarán las personas y los acontecimientos para “la práctica” y los intentos. Se nos regalará su compañía para seguir aprendiendo.

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