A través de estas líneas queremos expresar nuestro agradecimiento por esta oportunidad que se nos ha brindado para colaborar como voluntarias en el Casal d´estiu del Esclat de Bellvitge, Barcelona.
Este voluntariado ha sido un tiempo de conocimiento y reconocimiento. Gracias al haber vivido esta experiencia he podido crear lazos muy bonitos con personas diferentes. Haber convivido con los niños, y haber conocido situaciones personales de algunos de ellos, ha provocado en mí impacto grande y me ha hecho reconocer lo afortunada que soy y lo que se necesita hoy en día esta bonita vocación. Ayelén (Alumna del Vedat de Torrent)
He vivido una experiencia inolvidable donde he conocido gente muy diferente que no voy a olvidar. Conecté al instante con lo que se nos proponía. La inocencia de los niños, tan inocentes, tan limpios me han hecho recordar mi infancia. Puedo decir que me encantaría repetir esta bonita experiencia. Klöe (Alumna de Bellvitge)
Para mí estos doce días han sido especiales, con muchos sabores de boca. He aprendido que tan solo niños de 3 años me hablaban de la sencillez de sus vidas, de la facilidad que tenían de perdonar, de querer. Me han cautivado sus distintas culturas, personalidades, simpatía, ganas de abrazar… Me ha gustado conocer esta realidad como antigua alumna teresiana y doy gracias por todo lo vivido. Ana (antigua alumna de Mora de Toledo)
El voluntariado teresiano ha sido una grata experiencia. He tomado cariño a los niños y me ha costado dejarles. Cada día me cansaba y quedaba satisfecha de hacer reír y de que pasaran un día divertido. Han sido unos días inolvidables, un regalo de vacaciones. Me han regalado sonrisas, nuevos aprendizajes que nunca olvidaré. Victoria (Parroquia del Pilar de Etxabakoitz, Pamplona)
Estos días he tenido momentos buenos y malos ya que al principio me sentía desubicada, pero fui implicándome y pidiendo ayuda a los responsables. Ellos fueron un ejemplo para mí. Los niños son todos un amor y con unas ganas de divertirse grandes. Cada uno con su historia. Me quedo con una imagen que no olvidaré uno de los ratos de descanso que se me ocurrió quedarme con los niños jugando de nuevo, me sentí muy feliz y me di cuenta de que Dios nos da unos dones para poder ponerlos al servicio de otros, y así me pasó a mí en esta día. Me emocioné, me sentí afortunada al ver el cariño con el que me trataban. Me llevo una bonita experiencia y creo que me ha marcado para siempre. Naiara (Parroquia del Pilar de Etxabakoitz, Pamplona)
El voluntariado es una experiencia cargada de aprendizajes.
Cuando me ofrecí para colaborar en el voluntariado teresiano de Bellvitge, no pensé que fuera a responder del grupo de chicas que durante esos 12 días convivirían conmigo. Vi en ellas una nueva oportunidad para ofrecer lo que soy como teresiana.
He aprendido de nuevo que soy una privilegiada y afortunada. A veces me preocupo de cosas que no son importantes. Te das cuenta del valor de las cosas pequeñas. Agradezco de corazón el haber conocido este pequeño rincón de la Compañía donde hace ya unos cuantos años han pasado hermanas y educadores haciendo un bien inmenso.
Traté de dar lo que soy y ofrecer a estas chicas no solo momentos de voluntariado sino también de reflexión y convivencia, de oración y escucha. Ana Monserrat, stj