Falleció en la mañana del 4 de agosto del 2024, en el Hospital Provincial de Ávila, donde tuvo que ser internada cuatro días antes con una neumonía severa que requería un seguimiento médico permanente. Estábamos continuamente con ella porque sabíamos que su insuficiencia respiratoria ya no tenía marcha atrás. Ella también lo sabía y agradecía nuestra compañía. Podía haber acabado en un ahogo que los médicos trataban de evitar, pero dejó de respirar sin despertarse siquiera, mientras dormía. Acababa de hacer EE en las Carmelitas Misioneras con un sacerdote amigo. Estaba preparada.
Nació en Palencia, entró en la Compañía en el noviciado de Tortosa el 18 de marzo de 1955. Le gustaba recordar que hizo los votos perpetuos en un día memorable, el 11 de octubre de 1962, Apertura del Concilio Vaticano II. Formó parte de las comunidades de Oviedo, Valladolid, Madrid-Goya, San Juan de Analfarache, Toledo, Dueñas, Roma y Ávila. En algunas fue coordinadora. Casi todas la recordamos por su servicio en la economía a nivel provincial, siempre pendiente de las necesidades de las hermanas y de las casas.
Trinidad ha sido una mujer de gran sensibilidad, que gozaba con la buena música, con el arte, con la literatura. Siempre con un nuevo libro compartiendo lo que leía. Exquisita haciendo manualidades que nada tenían que envidiar a las compradas. También era muy sensible a las muestras de cariño y a los detalles.
El árbol genealógico de las relaciones parentales que vinculaban a su numerosa y querida familia, se renovaba cada vez que había un nuevo casamiento o un nuevo nacimiento. Y, junto al árbol genealógico siempre actualizado, tenía un portarretrato con la última foto en la que estaban todos. La partida al cielo de su hermana Luchi hace un año la afectó muchísimo.
Los límites humanos de su frágil salud la han ido haciendo cada vez más necesitada de ayuda y de comprensión, por eso creemos que el encuentro definitivo con el Dios de la Vida se le ha regalado en Paz, aunque la ayuda material haya sido una bendita máquina. Ya nada le podrá quitar su descanso en Dios.