Taller – Ética del cuidado y de la casa común – Braga

El 27 de abril, se celebró en el Colegio Teresiano de Braga, un encuentro con el fin de que educadores teresianos reflexionaran y profundizaron sobre el gran desafío de la Ética del Cuidado y de la Casa Común. El taller ha sido preparado por una comisión provincial y puesto en práctica, por la hermana Fátima Pires y la profesora Sandra Góis.

Además de pensar sobre las grandes temáticas ecológicas que sacuden nuestro planeta, el encuentro ayudó a entrelazar las relaciones entre todos los que forman parte de la Familia Teresiana y se identifican con el carisma teresiano.

Vivimos una crisis mundial, que refleja, en parte, la crisis de valores que la humanidad atraviesa. Sin una base social y humana justas, jamás la humanidad será capaz de volver a «cuidar» del mayor regalo que es la creación que Dios, nuestra Casa Común, nuestro planeta, lleno de vida y amor…

Nuestra gran inspiración llega de la encíclica Laudato Si’, donde el Papa Francisco nos invita a escuchar el grito de los pobres y el grito del planeta. Así percibimos que existen dos grandes realidades sufrientes, pero no separadas, por lo que atravesamos una única y compleja crisis socioambiental que clama al ser humano a embarcarse en una verdadera conversión ecológica.

Estamos llamados a cuestionar nuestros estilos de vida y nuestros proyectos educativos; por ello, el tiempo que compartimos en el taller, nos ayudó recorrer como teresianos este camino de transformación, que nos permitirá volvernos corresponsables en el cuidado de la casa común, que nos ayudará a recrear nuestra espiritualidad desde lo más profundo de nuestro ser, de modo que nos abra a la contemplación, a la gratuidad ya la solidaridad.

En este encuentro, que nos llevó a asumir la ética del cuidado, señalamos pequeños signos de vida que nos servirán de indicadores para evaluar nuestro compromiso: «el objetivo no es recoger información o saciar nuestra curiosidad, sino tomar conciencia de forma dolorosa, atrevernos a convertir en sufrimiento lo que pasa en el mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede dar. «(LS 19).

Los temas fueron los siguientes: la contaminación, el cambio climático, el agua, la pérdida de biodiversidad, la degradación social, la desigualdad planetaria, la debilidad de las reacciones y la diversidad de opiniones. Tratando sobre ellos, logramos reconocer la urgencia de nuestra postura y reacción, pues continuar presos en una ecología socioambiental superficial o aparente, no nos deja andar el camino. Si el ambiente natural se degrada, el ser humano lo acompaña. Si no entendemos esta relación, nunca conseguiremos percibir la fragilidad humana y el deterioro del planeta.

Somos, sin duda, artífices y guardianes de la creación para las generaciones futuras. Amamos lo que cuidamos y cuidamos lo que amamos. Este principio se dirige al cuidado de nosotros mismos, de los demás, de toda forma de vida y del planeta.

Todo por Jesús

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