Durante el mes de julio nos reunimos 17 hermanas de América, África y Europa para vivir el CIT Tabor.
Todas llevamos entre 25 y 30 años en la Compañía y, en este mes, paramos, reconocimos y agradecimos nuestra vida y vivencia.
Comenzamos en Tortosa con un tiempo para irnos conociendo e ir haciendo grupo; y nos dimos cuenta de que la alegría del encuentro y el deseo de profundizar y de vivir en serio esta propuesta estaba presente en todas.
En Tortosa, nos acercamos al Tabor de Jesús y de Enrique; y, ya en Ávila, al de Teresa de Jesús y al de la propia Compañía y de nuestra vida religiosa, con sus retos, presencias e incertidumbres. Todo esto nos fue llevando a releer estos años y a visualizar nuestro propio Tabor, la realidad a la que somos enviadas… Estos días intensos concluyeron con los Ejercicios Espirituales.
Para mí ha sido un mes precioso de experimentar cómo, sin conocernos y siendo tan diferentes, existe un fuerte vínculo entre nosotras que nos hace sentirnos hermanas, Compañía, desde el principio de la experiencia.
He podido volver a escuchar la voz del padre que me dice “Eres mi hija amada” y la del Hijo, que me mira a los ojos, extiende la mano hacia mí y me dice “Ven”. Y esta experiencia me invita a seguir caminando desde la confianza puesta solo en Dios, como único garante.
Gracias a la Provincia, a la Compañía, por la invitación a este CIT, y a las personas que nos acompañaron, con sus palabras y sus textos, y que fueron mediación en él.
¡GRACIAS POR TANTO DON! Virginia Mozo