MAYO, se dice con María

Los días 12 y 13 de mayo peregrinamos a CASA DA MÃE

En Portugal no se puede decir mayo sin María. La presencia de Nuestra Señora, Madre de Jesús, en nuestras vidas es algo de todos los días, pero MAYO es ese mes en el que estamos invitados a renovar nuestra devoción mariana a través del rezo del rosario.

María eligió a tres niños pastores de Fátima para dar voz a su invitación a rezar cada día el rosario por la paz y la salvación de todos. Con ellos, también nosotros somos invitados a entrar en la vida de Jesús a través de la meditación de los misterios gozosos, dolorosos, luminosos y gloriosos.

Durante estos días estuvieron en Fátima más de 70 peregrinos de la MTA de Elvas. Algunos iban a pie y otros en bicicleta. 55 íbamos en autobús, pero todos éramos peregrinos llevando las pilas de la Fe y la Esperanza a la casa de nuestra Madre común.

Las celebraciones de estos días están llenas de significado y profundidad, pero hay momentos memorables. El Vía Crucis por los lugares por donde pasaron los pastorcitos, la procesión de los cirios, la procesión con la imagen de la Virgen de Fátima, la Eucaristía Internacional, la procesión del “adiós”, siempre nos conmueven y nos hacen regresar más fuertes en la Fe y en Esperanza. En fuertes momentos de silencio aprendemos nuestra relación con Jesús, a través de María. Sí, sólo Jesús es el Camino, pero María es el atajo más corto para llegar a Él.

Quiien presidio la Romería, el cardenal de Barcelona, ​​Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, ​​nos dijo que estaba en Fátima para “transmitir a la Virgen nuestras preocupaciones sobre el camino sinodal, que nos resulta difícil entender y vivir”, lanzado por el Papa. El Cardenal nos invitó a sentarnos “en el regazo de la Madre” y rezar con Él la Oración de San Bernardo, “mirar la Estrella, invocar a María”, porque sabemos “que quien acude a la Madre nunca está desamparado”.

La intervención del cardenal Omella también destacó la importancia de la oración en la vida de los cristianos, personal y comunitariamente.

“Los cristianos no podemos perder esta gran costumbre, esta gran virtud de la oración”, afirmó el presidente de la peregrinación.

El cardenal español evocó la oración “más sencilla”, la del rosario, pidiendo por el mundo y la “salvación de todos”.

La fe, añadió, es “transformadora de la realidad” y llama a todos a ser “misioneros” en el mundo, como pide el proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco.

El funcionario, que forma parte del Consejo de Cardenales, órgano consultivo creado durante este pontificado, llamó a la unidad de la Iglesia.

“Vivir juntos, ver fraternidad. Una Iglesia dividida, unos contra otros, que no está [unida] en torno al Papa, en torno a Jesucristo, en torno a todos nuestros hermanos, si no estamos unidos, capaces de ayudarnos y perdonarnos, no evangelizaremos”, mencionó.

A mi alma le hizo mucho bien estar en Fátima con estas decenas de peregrinos de la MTA y de la Familia Teresiana de Elvas

Aprendí mucho de ellos. Quiero decir a todos y cada uno: soy peregrino porque vosotros lo sois.

Con ellos y con tantos otros miles de peregrinos, oré a la MADRE, Estrella y guía de Cristo, CAMINO, VERDAD Y VIDA.

Gracias Madre,

Gracias peregrinos.

(María de Fátima Magalhães stj)

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