Las hermanas no necesitamos muchas palabras para saber quién era Pilar Feliú. Bien sabemos todas de su amor a la Compañía y su disponibilidad y entrega en todos los servicios que se le han ido pidiendo en distintos momentos de su vida.
Aragonesa por su nacimiento, pero también por ser hija de militar, valenciana y antigua alumna del colegio de Valencia. Desde aquí entró en el Noviciado. Luego fue ya “ciudadana del mundo”.
El Covid le fue mermando sus fuerzas, debilitadas por su enfermedad de bronquios y, a pesar de los cuidados y de su mucho esfuerzo por vivir, se nos fue al cielo.
Y marchó de una manera silenciosa. Padre Dios la vino a buscar en un sueño tranquilo y sereno..
Hace cuatro años fue destinada a esta comunidad de la Residencia de El Vedat. Ella, que había vivido con grandes responsabilidades en la Compañía, supo acomodarse, sin hacer problema, a la vida tranquila de la Residencia, disfrutando del sol, de la naturaleza, de los tiempos largos de lectura y oración. Nunca dejó de interesarse y de seguir muy de cerca, los Proyectos de FundEO y el proceso de reorganización de la Compañía.
Participó de la vida de comunidad con mucho interés, agradeciendo todos los gestos de cercanía y cuidado que recibía. Buscaba tiempos para pasarlos en la capilla y se acercaba con mucho cariño a las hermanas más dependientes. Vivía con alegría serena, disfrutaba comentando la Fratelli Tutti con el deseo de que fuéramos unas para otras, buenos samaritanos. “Aquí tenemos muchas oportunidades” nos decía.
Seguro que su Virgen del Pilar, ya la tiene muy cerca de Jesús. Descanse en paz.