Mª Mercedes Sousa Barrera. 2 de septiembre de 2023 (Salamanca)

“Tus caminos no son nuestros caminos, ni tus planes nuestros planes” … por eso no entraba en los planes de la comunidad este 2 de septiembre que Dios iba a llamar sorpresivamente a nuestra querida hermana Mercedes pocos días antes de cumplir los 76 años.

Llegó a la comunidad en el año 2003 y a lo largo de estos 20 años las palabras de la Santa, “a los que Dios mucho quiere lleva por camino de trabajos, y cuanto más los ama, mayores” se fueron haciendo realidad en su vida como una urdimbre entretejida de penas y gozos, certezas y dudas y sobre todo mucho amor, abandono y entrega en manos de un Dios al que amaba apasionadamente.

En la extensión del Reino, como buena educadora y muy perfeccionista, su empeño era hacer que esta vida fuera más humana, fraterna y gozosa y los Colegios de Madrid Jesús-Maestro, Ciudad Rodrigo, Las Palmas, Huelva, Valladolid y Salamanca saben de su buen hacer y de su entrega y dedicación. Del año 1982 al 1984 fue Maestra de Junioras.

Amaba la vida comunitaria y siempre estaba dispuesta y disponible para echar una mano donde se necesitase o animar algún rato de recreación con lo que leía o escuchaba y disfrazarse en las fiestas con alguna hermana que siempre la secundaba en esos menesteres.

Mujer entrañable, bondadosa, de trato delicado y corazón sencillo, estos últimos años dejó su impronta en Ranquines, un Centro de día de Cáritas para personas con problemas de salud mental, al que acudía dos días a la semana como Voluntaria y donde fue dando lo mejor de sí misma en ese compartir y hacer lo poquito que era en ella. Muestra de ello fue la asistencia a su funeral de la mayoría de los Voluntarios con los que compartía la tarea educativa, y sus palabras de reconocimiento a la labor de Mercedes, a la que calificaban como una persona familiar, humilde y discreta, cercana con todos y querida tanto por los usuarios como por los compañeros.

Se nos ha ido una hermana de corazón bueno, siempre disponible y servicial, piadosa, con un cariño y agradecimiento enormes a la Compañía.  Damos gracias por su vida y agradecemos al Señor el haberle dado un corazón misericordioso y compasivo y el haberla llamado a vivir un amor gratuito y universal como el de Jesús.

El vacío que nos deja es grande. Que ella, que ya descansa junto al Padre, interceda por el Capítulo General y cuide a su comunidad de Salamanca.

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