Mª Lourdes Oyarbide Jáuregui. 25 de agosto de 2022 (San Sebastián Benta Berri)

Damos gracias por la vida de Lourdes, una vida entregada y dedicada a Jesús «el amigo que nunca falla«.  Así lo vivió toda su vida y así lo ha vivido en esta última etapa que ha sido reflejo de su vida sencilla, de la aceptación de la enfermedad, de su entrega en silencio, de su hacer sin ruido, de su acoger paso a paso la vida.

Nació el día 20 de febrero de 1946 en Arama un pueblecito pequeño de la comarca del Goierri en Gipuzkoa, siendo la más pequeña de una familia muy numerosa.

Durante toda su vida supo vivir y hacer realidad el legado que nos dejó Enrique de Ossó: «conocer y amar a Jesús para hacerlo conocer y amar«.  Lo vivió desde niña en su familia en la que aprendió a conocer y amar a Jesús; lo vivió en todos sus años en la Compañía en los diferentes lugares en los que desplegó todo su afán apostólico.

Al poco de salir del noviciado fue destinada a Colombia, tierra y gentes que siempre ha llevado en su corazón y donde la recuerdan con mucho cariño.  En España desarrolló su labor educativa en Calahorra, Zaragoza, Lasarte, Pamplona y los últimos años en la comunidad de Bentaberri en San Sebastián.   Dedicó su vida a la educación tanto en los colegios siendo maestra de primaria, como en las parroquias en las que ayudó con la catequesis de niños y jóvenes.

Todos la recordamos como una mujer con una gran capacidad de acogida y relación.  Para todos tenía una palabra cercana, se interesaba por todos y a todos los sentía como amigos.  Paciente con todos y especialmente con los más débiles y necesitados.

Nunca corrió para alcanzar el primer lugar, se sentía más cómoda en segundo plano, en todo sentido. “No se colgaba medallas ni pregonaba sus méritos”, sin embargo en su quehacer era eficiente, y a menudo indispensable. Lourdes ha sido una campeona del “término medio”.

Tras su muerte el día 25 de agosto de 2022 a las 15,35 h., deja un vacío grande que se transforma en serena paz por la certeza del encuentro con Dios. Unidas a nuestra hermana y a toda su familia le decimos: descansa en paz, Lourdes, y danos una partecita de tu feliz encuentro

Hemos sido afortunados de haber compartido la vida contigo.

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