Nuestra hermana Dolores falleció en Ávila- Residencia el día 3 de febrero a los 93 años.
Después de un tiempo largo con muchas limitaciones y enfermedades, el Señor le regaló el descanso deseado y la Vida plena en Él.
Natural de Colindres, Cantabria, entró en la Compañía en el noviciado de Tortosa en marzo de 1951. Después de hacer la primera profesión en octubre de 1953, comenzó su vida apostólica en Barcelona, Ganduxer, dedicándose siempre a colaborar en las tareas de la casa. Estuvo en las comunidades de Madrid – Jesús Maestro, Valladolid, San Juan de Aznalfarache, Puebla, Salamanca, Dueñas, Ciudad Rodrigo y Mora, donde, después de muchos años, pasó a la comunidad – residencia de Madrid, Casa Provincial. A causa de un deterioro más acusado, fue destinada a la enfermería de Ávila para poder tener los cuidados que necesitaba.
Dolores ha sido una hermana piadosa, buena, sensible a las necesidades de los demás y sensible también a los gestos de cariño que recibía. Aunque reservada, le gustaba que las hermanas le hiciéramos compañía y lo agradecía con la expresión de su cara y su mirada. Hace tiempo que no podía hablar y llevaba más de un año en la silla de ruedas.
Para ella era importante ayudar y estar cerca de las personas necesitadas y enfermas. Fue siempre un puntal en su familia. Así lo reconocían durante su enfermedad y recordaban con muchísimo cariño todo lo que había hecho por ellos. Atendió a sus padres y apoyó siempre a su única hermana en el cuidado de sus hijos.
Las hermanas hemos podido acompañarla y rezar con ella en el momento de su fallecimiento Le pedimos al Señor que acoja su vida y siga siendo bendición en las huellas de bien que ella ha dejado en su familia y en las hermanas con las que ha vivido.
