Nuestra hermana Mª Carmen de Cristo Crucificado, Rodés Fosse falleció en Barcelona el día 10 de julio de 2023.
“Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna” (Mateo 19,29)
Creemos que esta promesa de Jesús se ha cumplido en nuestra hermana Carmen. Nació en Barcelona, el seno de una familia de clase acomodada. Al sentirse llamada por el Señor a seguirle en la vida religiosa, tuvo que luchar contra la fuerte oposición de sus padres, que mantuvieron su negativa hasta el final de sus días. Este hecho marcó la vida de Carmen. Aunque se mantuvo firme en su decisión, apoyada en su gran amor a Jesucristo, sufrió siempre por el distanciamiento de su familia.
Inició su vida apostólica en la Compañía como profesora, en Madrid y Barcelona. Estuvo también en las comunidades de Valencia- Cirilo Amorós, Roma-Vía Fregene, Bellvitge… Su fuerte pasión por el arte hizo que fuera centrándose en los estudios artísticos y en la elaboración de esculturas. Carmen tenía alma de artista. Nos deja muchas obras escultóricas con temas de Compañía. Para el centenario de la misma organizó una exposición en la Casa General de Roma y otra en el colegio de Ganduxer. También ha trabajado para el sector civil. El Port Olímpic de Barcelona cuenta con alguna obra suya. Ha sido una persona sumamente valorada en el mundo artístico, especialmente en la Asociación Amics de Gaudí.
También hay que destacar en ella la sensibilidad que tenía hacía las personas sin recursos o que atravesaban situaciones difíciles. No contaba las horas, ni limitaba los medios cuando se trataba de ayudar. Fundó, entre otras cosas, la Asociación Can Pi para personas de un barrio de Barcelona que tuvo serios problemas económicos y administrativos. También los basureros de Barcelona le deben algunas ayudas.
Desde hace varios años tenía permiso de ausencia y vivía con las Hermanas de Betania en su residencia Casa Betania, en Barcelona. Poco a poco su salud se fue debilitando. Agradecía mucho las visitas que recibía de nosotras, sintiéndose siempre teresiana, y se alegraba con las noticias que le llevábamos. Últimamente era muy consciente de que el Señor la vendría a buscar pronto. Creemos que en su corazón ya le repetía « …no te tardes, que te espero… es tiempo de caminar. »
Y el Señor fiel la ha venido a buscar y se la ha llevado consigo a su Casa, donde, según su promesa, “le ha dado la vida eterna”.