Bajo este bonito lema la Iglesia ha celebrado, el domingo 26 de septiembre, la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. Y con este motivo, desde el Secretariado diocesano de Pastoral de las Migraciones de Ávila, se nos invitó a participar en la Eucaristía que presidió nuestro obispo D. José María en la parroquia de San José Obrero.
El momento de la preparación de la Eucaristía ya fue, en sí mismo, un momento bonito de encuentro con algunos de los inmigrantes de nuestro barrio ya que quisimos que fuesen ellos los protagonistas de esta Eucaristía. Además, desde la parroquia, llevamos ya un tiempo planteándonos cómo incluirlos más en ella, que la sientan suya, y este momento de preparación nos dio la oportunidad de dialogarlo con los que allí estaban y, para empezar, surgió la posibilidad de formar un grupo para compartir la vida y la Palabra.
En la Eucaristía cantamos la canción de Brotes de Olivo “Vamos todos en el mismo barco, somos todos del mismo barro” que recoge tan bien la llamada que desde estas jornadas se nos hace y que debería ser, ya, una realidad.
El Papa Francisco nos dice: “Estamos llamados a profetizar y soñar juntos. No debemos tener miedo de soñar y de hacerlo juntos como una sola humanidad, como compañeros del mismo viaje, como hijos e hijas de esta misma tierra que es nuestra casa común, todos hermanos y hermanas” (Fratelli tutti, n. 8).
Ávila- Casa de Espiritualidad