Parecía que no iba a llegar nunca el final de esta espera… Desde hacía más de diez años se sabía que esta casa, el Foyer Thérésianum se iba a vender. Y las comunidades que se han ido sucediendo en este tiempo han vivido esta espera, esta incertidumbre pero siempre sabiendo muy dentro que Dios es fiel, roca firme que sostenía la esperanza.
Ahora estamos en la última página, en la recta final y el 14 de septiembre 2021 vivimos un día que podemos llamar “histórico” en los 58 años de presencia teresiana en Montpellier. El Arzobispo, Monseñor Pierre-Marie Carré, con el Vicario de la diócesis, Padre Gérard Blayac y otros sacerdotes amigos, presidieron la celebración de la última Eucaristía en nuestra capilla. Habíamos invitado a personas amigas, miembros de la Asociación Tutelar de Béthanie, antiguas residentes y sus familias, personal que ha ayudado aquí, hermanas y colaboradores y la atmósfera que se respiraba era de sincera gratitud recordando la experiencia positiva que habían sido los años vividos en el Foyer.
Las palabras de apertura de la Eucaristía recogen bien el espíritu de ese día:
“ Todo se pasa…todo queda.
¡Cuántas hermanas han vivido aquí en las comunidades que se han sucedido en estos 58 años!… Recordamos de una forma especial a quienes han dado sus vidas hasta el final, fecundidad misteriosa: “Si el grano de trigo no muere…”
Sí, esta casa está llena de vida,, y no decimos estaba, el verbo en pasado, sino está, porque esta vida queda, todo queda…
Generaciones y generaciones de estudiantes desde 1963 han vivido aquí durante sus estudios, jóvenes de nacionalidad muy diversa: América, África, Asia, Europa… y es emocionante escuchar las palabras que con frecuencia nos dicen cuando vienen a vernos:
- “me sentía como en casa;
- aquí me sentía en familia;
- he mantenido la amistad con mis compañeras del Foyer, conservamos la relación desde aquellos años…;
- esta capilla era para mí un lugar de serenidad, aquí encontraba la paz…”
Y las familias de las estudiantes repetían y repiten las mismas expresiones de gratitud. Estaban tranquilas porque sabían que sus hijas estaban en un ambiente familiar, en buenas manos.
¡Cuántos lazos personales, relaciones cordiales, fraternas y de amistad tejidas en esta casa! Estudiantes, cursos de verano, trabajo en la Diócesis, catequesis, retiros, grupos de formación para jóvenes, adultos, esposos, relación con la comunidad de emigrantes españoles y la comunidad de emigrantes portugueses…”
Sí, el 14 de septiembre 2021 es una fecha histórica para la presencia teresiana en Montpellier, y aunque cerrar una casa, dejar un lugar tiene un tinte de nostalgia y el corazón parece que se arruga un poco, al mismo tiempo el agradecimiento por tanta buena semilla sembrada que ha producido buenos frutos es consuelo y paz.
Las palabras que concluían la monición de apertura a la Eucaristía reflejan el sentir general:” …juntos alabamos a Dios, le decimos GRACIAS porque todo se pasa, sólo Dios basta y es por esta verdad que nuestros corazones se agrandan en el Corazón de Dios que es grande y lleno de amor y de ternura, y en Él todo queda”.