Nuestra hermana Francisca Larreta Anocíbar falleció en San Sebastián Residencia, el día 31 de marzo del 2023 a las 14.30 horas en la paz del Señor a los 93 años de edad.
Cuando escuchamos en el evangelio la pregunta de Jesús: «¿Quién decís que soy Yo?» sabemos que Paquita ya puede responder desde el «cara a cara», iluminada por la claridad del Rostro amable de Jesús. Y ya sabe, en verdad, que es el amor pleno del Dios y Padre quien la recibe con los brazos abiertos para darle el descanso eterno.
Durante los años ha vivido entre nosotras, hemos podido disfrutar de su presencia. Porque ha sido una persona muy bondadosa, de un corazón tierno y generoso, y de un carácter apacible y amable. Su sonrisa permanente ha sido uno de los más hermosos ejemplos que nos deja en esta última etapa de su vida.
Han sido largos años de vivir atada a una silla de ruedas, de sentir el progresivo deterioro de sus facultades, pero ninguna limitación le impidió tener para todos una mirada de reconocimiento y cariño y una sonrisa dulce y luminosa. Su voz se fue apagando, pero no por eso dejó de responder, a su manera al saludo, al interés, a cualquier muestra de cercanía.
Jamás en esta larga etapa se le ha escuchado una queja, una exigencia, una muestra de descontento. Quienes la conocieron en las etapas de su vida anteriores a este período final, constatan que la cercanía con el Señor y su Gracia, han sido la causa de una transformación profunda hacia la paz y la aceptación de sus limitaciones.
Paquita ha sido una teresiana a carta cabal, que desde jovencita puso todos sus talentos al servicio del Reino y vivió como soñó nuestro Padre para sus hijas: entregada en cuerpo y alma a la oración, enseñanza y sacrificio en diferentes lugares: Oviedo, Madrid-Goya, Pamplona Calle Mayor, Calahorra de nuevo en Pamplona-Ermitagaña y su final definitivo en la Residencia de San Sebastián desde 2008.
Su presencia entre nosotras nos deja, además de muchos buenos ejemplos a imitar, el recuerdo de su dulzura, su paciencia y su paz.
En estas fechas en las que la Iglesia se prepara para vivir la muerte y la resurrección de Jesús, Paquita ha vivido su Pascua en plenitud siguiendo los pasos de Jesús, ese Jesús a quien ella dedicó su vida y a quien siguió con fervor de discípula para conocerlo y amarlo y hacerlo conocer y amar.
Ahora dice, junto a San Enrique, las palabras que éste dijo para sí: «Dios se ha encargado de mí y de todas mis cosas; no me faltará nada. Dios anda solícito y cuidadoso de mí”