Foyer International Thérésianum – Montpellier

En el Foyer, estamos viviendo, como toda Europa, en confinement, una situación completamente “nueva, única, inédita” adjetivos que se repiten muy frecuentemente y que es realidad concreta. Nos hemos quedado solamente con 7 chicas, casi todas extranjeras. Las francesas (21) y una chica de Benin regresaron con sus familias apenas empezó el confinamiento (el 17 de marzo pasado) y comunitariamente decidimos no cerrar y seguir acogiendo a estas chicas cuyas familias están tan lejos. Burkina Faso, Ruanda, Camerún, Líbano, Martinique (Antillas francesas), España y se quedó también una chica francesa cuyos padres viven y trabajan en Madrid.

Nos hemos organizado para que se sientan a gusto y les hemos pedido que participen en los trabajos caseros de limpieza y orden, y están respondiendo bastante bien. Se les exige que cumplan las disposiciones de protección contra el virus que se han establecido y lo hacen. Se dan cuenta de que, a pesar de que esta situación es muy anómala, tienen la suerte de estar en un ambiente amplio, agradable: la casa es grande y el jardín, sobre todo en este tiempo de primavera, es espectacular.

Ellas mismas lo reconocen y se dan cuenta de la suerte que tienen. Les invitamos a que aprovechen positivamente este tiempo, que lo vivan como oportunidad, y nos lo reconocen: “Puedo organizar muy bien el día”. “Hago deporte porque el jardín me lo permite”. “Estudio en el jardín siempre que puedo”. “No se me está haciendo pesado”. “Me siento bien, serena, y creo que tenemos mucha suerte de estar aquí. Pienso en los que viven en un apartamente pequeño”. “Me he descubierto a mí misma: no pensaba que iba a ser capaz de vivir así”.

Entre ellas organizan de vez en cuando sesiones de baile y da gusto oír sus risas. La chica del Líbano enseña árabe a quien lo desea y ella aprende español.

Les hemos invitado a participar en la oración del Rosario en Fátima el 25 de marzo y a la Hora Santa de Jueves Santo. Saben que la capilla está a su disposición.

Cada una de las chicas, con su nombre, está en nuestra oración y procuramos transmitirles serenidad con nuestro trato amable y cordial. Nos recordamos  que ésta es nuestra Galilea, como nos dijo el Papa Francisco.

Comunidad de Montpellier

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