Encuentro “Juntos somos más” en CONFER

El 2 de marzo de 2024, asistimos un grupo de teresianos al encuentro “Juntos somos más”. Misión compartida, organizado por la CONFER. Celebraban el X aniversario de estos encuentros que ha acompañado el caminar de las distintas familias carismáticas de esta institución.

El encuentro contaba con una ponencia de Antonio Botana, que os compartimos y un trabajo de grupos que ayudó a la reflexión y la concreción.

Os compartimos algunas pinceladas de las vivencias personales de este día:

  • Este encuentro ha reavivado en mí la ilusión y la importancia del carisma compartido entre laicos y religiosos. Un gran reto el pasar del compartir tareas y actividades a cocrear carisma; de trabajar juntos a sentirnos comunidad ampliada con diferentes compromisos vocacionales. Un camino conjunto de igual a igual que necesita creatividad, fuerte compromiso y, sin duda, odres nuevos, y que intuyo que genera VIDA enriquecida para la misión. (Ana Royo)

 

  • Misión compartida: espiritualidad compartida, encuentro, trabajo, proyectos y vida compartida…, palabras que resuenan en mí después de lo vivido en este día, oportunidad para seguir apoyando y avanzando en este camino de Familia Teresiana, que juntos vamos recorriendo. Tengo la certeza de que llevamos desde hace tiempo sabiéndonos llamadas a cocrear espacios comunes de búsqueda, discernimiento y mesa compartida. Me queda resonando también la invitación de nuestro capítulo general a caminar juntos hermanas y laicas/os, compartiendo vida y misión, en procesos conjuntos de discernimiento y toma de decisiones. “¡Manos a la obra que el tiempo apremia! (Esther Medina)

 

  •  Quiero compartir la experiencia que supuso para mí el encuentro de CONFER en Madrid el día 2 de marzo “JUNTOS SOMOS MÁS”

En primer lugar decir que Antonio Botana me ayudó a recordar este camino no concluido de Misión Compartida que quizás se convirtió en tareas compartidas o entrega de llaves.

Sin embargo, volvió de nuevo a iluminarse ese deseo interior de caminar como familia STJ con un calzado adecuado, cómodo que no me lleve a desilusiones y decepciones.

Me siento llamada a confeccionar ese modo de vivir un estilo de vida que transmita, que acerque y que sea capaz de confiar en que nuestra misión es de todas y todos, que nos necesitamos y que se puede servir a la misión en corresponsabilidad con una adecuada formación para la misma que nos identifique como familia.

Para mí es imprescindible la comunión, espiritualidad teresiana, y sintiéndonos pueblo de Dios que camina hacia una sinodalidad como Iglesia.

Es importante el crear lazos, acompañar y dejarnos acompañar para poder llevar a cabo una misión que soñó Enrique de Ossó y que hoy, nosotras como familia Teresiana olvidemos que somos unidad que hermanas y laicos construimos, y dejamos pasar el Espíritu allá donde más peligran los intereses de Jesús con compromiso y corresponsabilidad.

Pienso que muchas formalidades a veces no nos dejan ver el horizonte. Confiar y poner nuestra vida por delante antes de dar demasiada importancia a formalidades que pueden quedarse en papeles. Estructuras que un día sirvieron, hoy han de ser pensadas entre religiosos y laicos. Sin confundir comunidad y vida común.

Necesitamos ser “Odres Nuevos”, que no funcionarán si no sabemos adaptarnos a lo nuevo, al cambio a las nuevas estructuras que se imponen. Escuchemos al Espíritu que viene de forma creativa a nuestra familia teresiana. Gracias (Ana Monserrat)

 

  • Con alegría y agradecimiento, el sábado día 2 de marzo participé junto a un grupo de hermanas y laicos de distintos ambientes teresianos en el encuentro “10 Años después, juntos en misión compartida”.

Para mí, fue un momento de reflexión sobre el camino recorrido en estos 10 años. Aunque el número de participantes fue inferior al de los primeros encuentros, pude constatar la madurez de los procesos que a lo largo de este tiempo se han dado en misión compartida.

Realista la visión del horizonte presentado por Antonio Botanas. La experiencia compartida por distintas familias religiosas presentó una realidad palpable desde la vocación y espiritualidad compartida, dando valor a la formación, y presentado el fruto de la corresponsabilidad en la acción y misión como camino para creer en misión compartida.

Un día de encuentro fraterno, donde no faltó la oración y el compartir. (Cova Díaz)

 

  • Hace tiempo hubo hermanas que se atrevieron a soñar con un proyecto de misión compartida en nuestros colegios y ese sueño se hizo realidad.

Hermanas, profesores, alumnas/os podemos crecer bajo el paraguas de una espiritualidad llena de vida. Pero la vida sigue y los tiempos hablan, y las personas seguimos soñando.

Soñamos con una iglesia plural y global donde las diferentes familias carismáticas se reúnan para compartir la fe y la vida. Familias donde todos los que respiramos un mismo estilo evangélico (carisma) nos podamos reconocer y acompañar; donde todos compartamos nuestro modo de vivir el evangelio, al estilo de Teresa y Enrique. Ellos soñaron y contagiaron un estilo de vivir la fe.

En muchos de nuestros contextos ya se vive esta experiencia, pero deseamos que tome cuerpo en todos los rincones donde haya teresianas y teresianos.

Botana hace ya años que se atrevió a escribir sus sueños y en estos días nos lo ha vuelto a recordar.

Creo que el Espíritu nos pide seguir soñando con humildad, sabiendo que todo lo que nace es fruto de Espíritu. (Esperanza Sanjuán Gestoso)

 

  • Para mí la jornada supone cuestionarme distintos aspectos de mi vida como cristiano y en relación a la comunidad parroquial de la que formo parte.

Todas las personas tenemos inquietudes, planteamientos, dudas, … Hace 4 años es cuando descubrí

la parroquia “Ntra. Sra. del Pilar“ del barrio de Echavacoiz en Pamplona. Fue por internet donde leí que ahí había una comunidad de franciscanos conventuales y de Teresianas y que, a modo de resumen, “trabajaban” por mejorar las condiciones en las que se encontraban muchas personas (en su mayoría migrantes) del barrio. Lo que leí sobre esa parroquia me atrajo.

“Un proceso vivido y un horizonte“ fue el título de la charla que impartió Antonio Botana. El planteamiento supone un cambio radical tal y como hoy entendemos a la Iglesia y tal y como es la Iglesia, y todo un reto. Por eso, al principio indico que supone cuestionarme, interrogarme, pero eso a la vez lo veo como algo positivo. Por otro lado, a nadie se le escapa que la Iglesia hoy no es lo que fue en el pasado …

Quiero reconocer a una Iglesia en misión, que está y vive en el mundo actual, conoce la realidad y se hace cercana a todos y todas, abierta.

Entiendo el carisma (que tanto lo menciona Antonio) no como algo estanco, separado, de cada Instituto, aunque cada Instituto tenga su “impronta”, sino más como algo común a todos los Institutos con capacidad para atraer e influir en nosotros. Para mí no es tanto el camino (tal o cual carisma) como la meta. Esa meta, además del Evangelio, aquí es la corresponsabilidad entre personas laicas, religiosas y sacerdotes (todo un hito). Corresponsabilidad entendida no sólo entre personas laicas y religiosas, también entre los distintos Institutos religiosos.

La actitud vocacional, vivir en actitud vocacional es todo un reto. Conseguir vivir la vocación con naturalidad, profundizando en la fe, con itinerarios de formación (personas laicas y religiosas muy formadas). Aunque parezca que está de sobra, en este vivir vocacional me parece muy importante la confianza mutua entre unas y otras, que las personas laicas se sientan como en su propia casa, con un acompañamiento personal.

Ese vivir vocacional nos lleva a la participación de los laicos en las decisiones del Instituto, participación incluso en el Capítulo provincial. Llegar a este punto significa que se ha recorrido todo un camino, con un nivel de exigencia altísimo por parte de todas personas de misión compartida.

Vamos poco a poco. “Tú debes ser el cambio que desea ver en el mundo” (Ghandi. Luis Láinez)

Esta página utiliza cookies para mejorar su contenido.    Más información
Privacidad
X