El día 12 de enero, participé en la presentación del Tesoro de los Amigos de Jesús, a los catequistas y sacerdotes de la parroquia Enric d’Ossó en Can Vidalet (Hospitalet). Participaron 12 catequistas y dos sacerdotes.
Al empezar el encuentro, les entregué un Tesoro, obsequio de la Provincia y a partir de él, inicié la presentación del mismo. La presentación fue sencilla, Se partió del objetivo que nuestro Padre quería conseguir: “Conocer y Amar a Jesús, para hacerlo conocer y amar por todo el mundo”. Y se concreta en: “Acercar a los niños a Jesús, a través de la oración para encontrarse con “Jesús Amigo”.
Antes de pasar al contenido propio del libro, hice un recorrido por la experiencia, que tuvo Enrique de Ossó, de Jesús, destacando la decisión determinante de optar por Dios: «Húndase el mundo antes que ofender a mi Dios, porque más debo a Él que a nadie». Con la fuerza de esta expresión teresiana que Enrique hace suya, declara la determinación de entrar por el camino del seguimiento de Jesucristo. Sabiendo que todo lo ha recibido de Dios, Enrique quiere que todos aprendamos a descubrir los dones que recibimos, para ponerlos al servicio de los otros, de la sociedad, y así poder transformarla. Y todo ello en clave de amistad, buscando cada día el encuentro con el Amigo y le responde con todo lo que su ingenio le sugiere. En definitiva, el autor de este libro, quiere transmitirnos su pasión por Jesús y por la persona humana.
Posteriormente pasé a exponer lo que se iban a encontrar en el libro, destacando cómo se podía llevar a término con los niños y niñas, partiendo primero de la experiencia de cada catequista.
Concluí esta presentación diciendo que este libro: El tesoro de los Amigos de Jesús, es un regalo que Enrique de Ossó hace a todos los niños y niñas, para que aprendan a orar, a hablar con Jesús.
Enrique confía en el poder de los más pequeños para cambiar el mundo… al estilo de María y Teresa de Jesús y quiere que los niños aprendan a ser amigos de Jesús y que su trato diario con él les lleve a ser otros Jesús en la tierra.
Al finalizar, agradecieron nuestra presencia como teresianas y la presentación del Tesoro.