“Suor” Emiliana fue el «ángel de la guarda» del Instituto Santa Teresa de Roma y, en particular, de los niños del jardín de infancia y sus familias.
Nacida en un pequeño pueblo, Mélida de Peñafiel, en Valladolid, el 8 de agosto de 1925, pronto sintió el deseo de dedicar su vida a Jesús, y fue así que, a los 17 años, ingresó en el Noviciado de Tortosa en el año 1942. Después de 6 meses de «prenoviciado» ingresa en el noviciado a finales del mismo año. Al final de este período, fue enviada a Barcelona-Ganduxer donde permaneció solo un año, y en 1947 llegaba a Italia, con destino a Padua. Desde 1970 fue destinada a Roma, donde permaneció hasta el final de sus días.
Emiliana fue siempre una buena persona, acogedora, muy responsable y “entregada” a cualquier servicio que le pidieran. Su pasión fueron los niños, los pequeños del Jardín de Infancia, a quienes cuidó durante varios años, y por eso sus familias y, sobre todo los abuelos, la recuerdan con mucho cariño y ternura.
Nunca pudo quedarse de brazos cruzados, tanto que después de dejar la docencia, quiso encargarse de acoger a los pequeños que, por diferentes necesidades de sus padres, llegaban al colegio temprano en la mañana: se detenía con ellos, les enseñaba a rezar y les contaba historias.
También le gustaba estar en el jardín, cuidar las plantas y contemplar las flores. Se ocupaba y preocupaba con pasión y lo hizo hasta los últimos días de su vida. A la hermosa edad de 96 y 48 años de vida religiosa, el Señor la llamó y sin duda la acogió en sus brazos el 14 de diciembre de 2020. Damos gracias a Dios por su vida y su entrega.