El Camino de Santiago organizado por la Pastoral Juvenil Vocacional Teresiana de Europa se ha planteado para recorrer la Ruta Jacobea o Camino Francés en cuatro años, dando comienzo este mismo mes de julio.
Ha contando con la participación de alumnos y antiguos alumnos de colegios teresianos de varias ciudades de España como es el caso de seis compañeros de Madrid del Colegio Jesus Maestro y del Colegio de Puebla, dos de Pamplona, tres del Colegio El Vedat en Valencia y uno de Salamanca; y con la participación de varias hermanas y dos profesoras (Raquel Castro y Lucía Astiz) también procedentes de diferentes puntos del país que han acompañado a los alumnos durante el recorrido, y han ayudado en la cocina y la intendencia.
Esta primera etapa comenzó en Roncesvalles el día 21 para desde allí partir hacia Zubiri y, durante los siguientes días, pasar por Pamplona, Puente la Reina, Estella y Los Arcos para terminar este primer año en Viana el día 26.
Como uno de los jóvenes que ha participado en esta experiencia puedo decir que el Camino de Santiago es una peregrinación que reúne a miles de peregrinos cada año de diferentes partes del mundo y, a pesar de ello, es increíble cómo te vas encontrando con personas siempre atentas a tu cansancio y necesidades. Es por ello que considero que se debe realizar alguna vez en la vida y qué mejor forma que hacerlo con tus compañeros de colegio y otros teresianos con tus mismas inquietudes y edades.
Para mí ha sido un REGALO porque creo que el camino te regala muchos momentos: algunos con tus compañeros, donde se intercambian reflexiones, historias y risas; y otros en solitario donde interiorizar todo lo que estás viviendo y compartirlo con aquel que no te deja en ningún momento de tu caminar. Una de las reflexiones que escuchamos en la eucaristía en Zubiri y que nos llevamos todos es que muchas veces no vemos a Dios porque Él está detrás empujandonos para seguir hacia delante.
Al final, yo me llevo la siguiente idea que me ha ido rondando la cabeza desde que empezamos este camino: “Lo importante no es llegar a tu destino, sino las personas con las que compartes el camino”.
Pablo Chavarría, antiguo alumno del Colegio Jesús Maestro