Poder celebrar 100 años de la presencia de Compañía en Mora ha sido un gran regalo para toda la Comunidad. A lo largo de estos años ha caído mucha semilla en esta tierra buena de la Mancha y junto a la Familia Teresiana y al pueblo hemos reconocido muchos frutos.
Con motivo del Centenario del Colegio las Antiguas Alumnas de Mora querían organizar una exposición. La implicación y el esfuerzo de muchos, la ilusión, creatividad y muchas ganas se pusieron al servicio de una obra ingente que se iba fraguando entre TODOS:
UN VIAJE DE 100 AÑOS
La EXPOSICIÓN fue todo un acontecimiento. Se inauguró con un precioso acto la víspera de la fiesta de San Enrique en la Casa de la Cultura de Mora, la gran afluencia de personas hizo que se prorrogara una semana más de lo previsto.
Todo el que se acercó, disfrutó volviendo a sus años de infancia, adolescencia y juventud. El viaje que llevan efectuando Teresa de Jesús y Enrique de Ossó, por tierras de Don Quijote la bonita y completa exposición de los cien años Atrajo a muchas personas que veían reflejada parte de su vida en imágenes, símbolos y trabajos realizados… Nadie quedó sin sentirse parte viva de lo que en ella se plasmó. Ya lo decía E. de Ossó, “El tiempo y la gracia …”
Junto a la exposición, la Eucaristía del día 4, con la capilla abarrotada, celebrando vida y recuerdos; la comida festiva con muchos mensajes de quienes no pudieron venir; las llamadas y visitas… todas han sido experiencias conmovedoras y muy emotivas y una manifestación del alto significado que tiene el colegio para la localidad de Mora y su entorno.
La presencia de Enrique de Ossó y de Teresa, han demostrado que el CARISMA está vivo en tantas personas que han recibido educación teresiana a lo largo de los años.
En el Colegio Teresiano y en Mora una pequeña brasa ha provocado un gran fuego, se percibe en los rostros de las personas que se han ido acercando y en todos los gestos de agradecimiento y felicitación. Tantas Hermanas Teresianas y laicos comprometidos han dado lo mejor de sus vidas a la formación cristiana de cientos de niños y niñas de Mora.
Esta tierra Moracha ha recibido el perfume y la vida de las flores y frutos del árbol teresiano en estos años. Que la gracia de Dios nos regale seguir recibiéndolos en la continuación de este viaje ¿De otros 100 años?
COMUNIDAD DE MORA, FEBRERO 23