Conversaciones

El día 23 de mayo nuestras “conversaciones teresianas”, como casi todo en este tiempo que vivimos, las realizamos a través de video conferencia. Nos reunimos 42 hermanas con mucha alegría por el reencuentro aunque tuviera que ser  mediado por una pantalla.

Unos días antes, se nos había invitado a cada una, a dedicar un espacio de reflexión y oración para poner palabra a la EXPERIENCIA de este tiempo: cuáles han sido las palabras más significativas, qué descubrimientos hemos hecho, qué sentimientos se han despertado… Esta reflexión, la compartimos en grupos pequeños para favorecer la escucha y la acogida. Según nos íbamos escuchando, descubríamos lo diferente de cada vivencia y a la vez también las coincidencias. Resonaron palabras como vulnerabilidad, incertidumbre, futuro, confianza, ser parte, humanidad, cuidado, agradecimiento, creatividad, sostener… Fue bonito constatar cómo desde distintas perspectivas, todas habíamos hecho experiencias personales de conocimiento propio, de límite y posibilidad, hondura, autodisciplina, contemplación… experiencias comunitarias de búsqueda, duelo, dificultad, compromiso, acercamiento, conocimiento, aceptación… y experiencias que nos abrían a otros: solidaridad, trabajo conjunto, cercanía, acompañamiento, retos, sufrimiento, camino de  Fe, sencillez, implicación…

A continuación, tuvimos un espacio de reflexión personal en el que se nos invitó a poner palabra a los aprendizajes que este tiempo nos ha regalado o nos está regalando, y también a aquellos que intuimos se van a dar en nuestras vidas. Para este momento nos dejamos iluminar por la experiencia vivida y narrada por otros.

Dicen que en la vida nunca se deja de aprender y así lo constatamos después de escucharnos unas a otras. Han sido muchos los aprendizajes realizados en este confinamiento pero también muchos más, los que intuimos se darán en nuestras vidas cuando reposemos la experiencia y podamos mirar hacia atrás con cierta perspectiva.  Lo que está claro es que la situación ha tocado nuestros corazones, nuestras conciencias, nuestros modos de vida y relación, y ahora toca sostener las preguntas y cuestionamientos que se han generado en este tiempo para que se conviertan de verdad en aprendizajes.

En nuestro próximo encuentro, con todo esto más reposado en el corazón y puesto a prueba en esa “nueva normalidad” de la que hablamos, intentaremos tejer juntas los caminos de futuro a los que nos sentimos llamadas como teresianas para concretar esos aprendizajes y vivencias en actitudes, compromisos, elecciones, retos… que generen VIDA en nosotras mismas y en otros.

Gracias a cada una por “ponerse en juego” y compartir. Sigamos generando “conversaciones” en la vida cotidiana.

Ana Elguero, stj

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