En noviembre de 1995 se creó esta comunidad formada por 22 hermanas, una buena parte de ellas proveniente de la comunidad del Colegio, situado en la misma finca.
Con el paso del tiempo y obligadas por las circunstancias, tanto el edificio como la comunidad han ido cambiando.
Hace unos años se prolongó un ala de la casa para construir una Enfermería, que ya se veía necesaria dada la situación de algunas hermanas, necesitadas de espacio y cuidados especiales, lo que ha hecho que pase a ser actualmente Residencia-Enfermería.
Hoy formamos la comunidad 23 hermanas, todas ya jubiladas, con edades comprendidas entre los 68 y 95 años. La mayoría echa una mano en diversas tareas de la casa y algunas realizamos actividades de Voluntariado fuera de la comunidad: Cáritas, roperos sociales, comedor de los Pobres, grupos de Oración, centro de día para personas con problemas de salud mental, y que de momento no podemos continuar asistiendo dadas las circunstancias de la Pandemia, pero con los que seguimos en contacto y esperamos poder reincorporarnos cuando la situación sanitaria lo permita.
Las personas de fuera que trabajan en la casa: cuidadoras, cocineras, empleados diversos, manifiestan sentirse a gusto entre nosotras por el trato cercano y afable de las hermanas.
Y, como expresábamos hace algo más de dos meses, en la celebración de las Bodas de Plata de la casa: “queremos dar gracias a Dios por las personas, acontecimientos, servicios y entrega vividos. Sobre todo, le damos gracias porque sigue sosteniendo nuestras vidas, nos sigue llenando de su Paz, nos llama cada día a caminar con fidelidad en su Amor y a continuar colaborando en la construcción del Reino”.