Teresa de Jesús estaba especialmente presente en la comunidad desde que empezó octubre. Su presencia se hizo más vivible con su imagen junto a la bandera de Compañía, entre luces y flores, durante el triduo y la vigilia de su fiesta. Es un gozo entrañable el que nos produce celebrar a nuestra Santa, la que tanto nos ha enseñado, la que nos anima con su palabra y su vida a amar a Jesús con toda el alma.
El 15 de octubre es uno de esos días que invitan a levantarse sonriendo y con un cosquilleo de familia en el corazón. Una familia que hoy quiere compartir con todas vosotras la alegría de haber tenido en nuestra fiesta al nuevo Obispo de Huelva, D. Santiago Gómez Sierra, nombrado por el Papa Francisco el 15 de junio, y comenzando su andadura en esta tierra onubense el 25 de Julio. En un encuentro anterior como CONFER, nos dijo que quería venir a visitar la comunidad, y Sagrario no perdió la oportunidad para pedirle la Eucaristía de la Santa.
Con mucho acierto fue trazando pinceladas de la vida de Teresa: sus fervores de niña, su andar entre Pinto y Valdemoro, que si con Dios se acordaba del mundo, que si en el mundo se moría por Dios…y por fin, su santa escalada hasta la Teresa de Jesús gloria de la Iglesia, que enamoró a Enrique de Ossó hasta querer cambiar el mundo bajo su bandera. Y, con ella, “conocer y amar a Jesús y darlo a conocer y amar” …Sí, con toda sencillez, característica del Sr. Obispo, nos regaló una bonita homilía.
Ya venía de una misa en la Universidad, pero la gente así nunca tiene prisa, aunque la tenga. En la sala nos saludó a cada una, nos contó de su vida familiar y la experiencia de cuidar a su padre enfermo, que vive con él, nos hicimos fotos y le ofrecimos una reproducción de la Andariega, la de la Encarnación. Se fue dejándonos con la impresión de haber conocido a un hombre bueno, nuestro pastor.
El ágape de las fiestas siempre es un buen momento de fraternidad, unidas las hermanas, mucho más, porque también estaban con nosotras las hermanas de Pérez Cubillas. Y por los medios que hoy permite el Covid, nos venían acompañando las del MTA, familiares y antiguas alumnas. El corazón de la Familia Teresiana de Huelva, siempre entrañable, estaba repleto de alegría por su querida Madre Santa Teresa de Jesús.
La Comunidad de la Residencia de Huelva
