El día 13 de Octubre Sagrario celebró sus Bodas de Oro en la Compañía. 50 años viviendo con el Señor, teniendo la experiencia de que es Él quien nos sigue para evitar que caigamos; 50 años aprendiendo a conocerle y amarle… es mucho para agradecer.
Nos reunimos con Sagrario en “la acción de gracias” unas 60 personas. Fue celebrada por nuestro capellán, un agustino que sabe resaltar el intercambio de intereses y amistad que conllevan 50 años de consagración al Señor. Fue una Eucaristía preciosa y emotiva, en la que Sagrario expresó su acción de gracias personal.
Y después, en un sencillo “picoteo”, y acompañadas siempre por nuestras hermanas de Pérez Cubillas y Sevilla, Sagrario pudo recibir el cariño de su grupo MTA y de otros muchos amigos y conocidos de la Familia Teresiana de esta tierra de Huelva.
Os compartimos alguna palabras de su acción de gracias:
Gracias a todos lo que estáis aquí agradeciendo conmigo la fidelidad de Dios en mi vida. Gracias Familia Teresiana por todo lo que hemos compartido en estos años que Dios me ha regalado vivir en esta tierra de Huelva…
Gracias a mis hermanas Teresianas, muy especialmente a las de mi comunidad actual y comunidades de Andalucía y a todas con las que he convivido a lo largo de estos 50 años, que han sido muchas. Hermanas de Ávila, Madrid, Las Palmas, Valladolid, Bolivia, Ciudad Rodrigo y Huelva. Gracias por todo lo que significáis en mi vida. La vida comunitaria es escuela para ir moldeando nuestro carácter y poder concretar el amor y servicio en los pequeños detalles del cada día… Gracias porque entre estas luces y sombras vamos construyendo Reino en comunidad.
Gracias a mi familia a la que quiero con toda mi alma…Estas raíces familiares sólidas, favorecieron la experiencia de Dios y Él se encargó de poner en mi camino mediaciones… que me ayudaron a descubrir la gran alegría de poder entregar la vida a Dios en la Compañía de Sta. Teresa de Jesús. Puedo decir con emoción y verdad:” Dios me ha dado hermanas, un regalo para mi debilidad”.
Y gracias Dios por tu amor eterno, por tu amor fiel, por tu paciencia conmigo… Gracias Porque me has mantenido a pesar de mis tropiezos y caídas. Muchas veces he orado delante de ti este deseo de Teresa de Jesús:” Muera ya este yo y viva en mi Otro que es más que yo y para mi mejor que yo para que yo le pueda servir. Él viva y me dé vida, Él reine y sea yo su cautiva, que no quiere mi alma otra libertad.” Hago mías unas palabras de Pedro Casaldáliga: “Al final del camino me dirán: – ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres.»