Ana Mª Rivero Rieckers. 11 de agosto de 2022 (Oviedo Residencia)

Ana Mª falleció en Oviedo el día 11 de agosto de 2022 después de un tiempo largo, más de un año, de vivir con un cáncer en una fase muy avanzada cuando fue diagnosticado. Tras el proceso de los ciclos de quimioterapia, pues no había ninguna otra posibilidad, las noticias no fueron buenas ya que ésta no hizo el efecto esperado y deseado. Ana acogió las diferentes noticias negativas sobre su estado de salud y se fue preparando para el final con entereza y ánimo confiado en la bondad de Dios.

Había nacido en Las Palmas de Gran Canaria el 15 de agosto de 1946. Era la mayor de seis hermanos, de los que siempre guardaba recuerdos muy cariñosos, así como de la relación con sus padres y con sus numerosos primos.

En la Compañía tuvo diversos destinos, no solo en España: Madrid, Jesús Maestro, Barcelona, Ganduxer, Las Palmas, Chile (Santiago, casa provincial y residencia universitaria, por dos veces, Illapel, Nacimiento, comunidad Sur), Bolivia (Santa Cruz de la Sierra, El Trompillo, El Plato- El Carmen) y de nuevo en España: Dueñas, Puente del Río (Almería), Las Palmas, de nuevo, Toledo, Sevilla-Pino Montano y, finalmente, Oviedo.

En Barcelona, trabajó en la editorial STJ. Era una mujer culta que leía mucho y redactaba con soltura y sencillez. Esto hacía posible que fuera capaz de transmitir muy bien lo que quería expresar y hacerlo cercano a los lectores. En sus años de Chile fue profesora y las clases que impartía estaban relacionadas con los estudios realizados, Licenciada en Filosofía. En otros lugares dio clases de religión o de otras asignaturas del ámbito de humanidades.

Su formación y su forma de ser la hicieron, por una parte, una persona capaz de realizar un análisis crítico de la realidad y, a la vez, entrañable y cercana, agradecida con la vida.

Allá donde estuvo dejó buenos recuerdos y buenas amistades. En Oviedo, su último destino, dejó muy buen recuerdo a muchas personas y ella misma decía que le parecía imposible, llegando ya mayor, haber hecho ese círculo de amigos y conocidos. Así era ella.

Ponía una sonrisa, hacía comentarios entrañables y siempre tenía una palabra cariñosa con todos.

Era una gran amante de los animales y en sus últimos años disfrutó de la cercanía de un perro y de todos los gatitos callejeros próximos a la vivienda.

Dejamos constancia de algún recuerdo sobre ella y son muchos los que son similares:

“Porque sin apenas hacer ruido, has conseguido siempre ser necesaria para nosotras. Y es que, a veces, no hace falta más que interés y predisposición para convertirse en una persona imprescindible en una convivencia…”

“Cuando comencé esta aventura hace cinco años, no me imaginaba que llegaría tan lejos, y he de reconocer que, en gran parte, ha sido gracias a tus catequesis y a tus charlas. Dejas una gran huella en mi corazón…”

Ella nos deja su testimonio, escrito aproximadamente un año antes de su fallecimiento, cuando encaraba su proceso con todo el ánimo posible:

… Y ya que tengo cáncer, vamos a disfrutar con la parte que me chifla: el cariño de las hermanas de mi comunidad; los mimos, las oraciones, los gestos de acercamiento; todo el amor que recibo de ustedes, familia, primas y primos, amigas, amigos, hermanas y personas que no conocía hace tres años cuando llegué a Asturias y ahora son amigas y formo parte de su vida, y ellas de la mía…

 … Esto es un cáncer. Y yo estoy conforme con que me haya tocado, lo que la medicina pueda hacer por mí para bien, bienvenido sea. Y si la medicina hace por mí y no me funciona, bienvenida sea la Hermana Muerte, que es nuestra compañera de viaje desde el principio y nos lleva al otro lado, donde nos esperan tantas personas queridas y otro camino por recorrer. La maravillosa incógnita del encuentro con Dios, la contemplación del Universo, «ni el ojo vio, ni nuestra mente es capaz de comprender lo que Dios nos tiene preparado» y son muchas y diferentes moradas, gracias a Dios, MUCHAS, Y GRACIAS A DIOS, DIFERENTES, ESO ME CHIFLA. Y UN CIELO NUEVO, Y UNA TIERRA NUEVA Y EL LEÓN HABITARÁ CON EL CABRITO Y EL NIÑO METERÁ LA MANO EN LA MADRIGUERA DE LA SERPIENTE. ¿QUIÉN DICE QUE EN EL CIELO NO HABRÁ ANIMALES? ¿Y yo, qué haría en un cielo silencioso de ladridos, maullidos, trinos? Por muy bien que canten los ángeles, yo soy de barro y me gustan los sonidos del barro, del agua, los monos y los loros, elefantes, tortugas, jirafas, perros gatos y erizos. UN CIELO NUEVO Y UNA TIERRA NUEVA, donde yo no sea un bicho raro, porque pertenezco a esa patria y la reconozco y me reconocen como suya todas las criaturas creadas…

 …En tiempo de tanto sufrimiento por la pandemia y sus secuelas de todo tipo, yo soy una privilegiada, cuidada, querida, mujer feliz, viviendo el momento presente y con fe en el futuro de cada día, del que quiero hacer un GRACIAS A LA VIDA. LOS QUIERO A TODOS MUCHO. GRACIAS.

Gracias, Ana, por tu vida entusiasta y gracias al Dios de la Vida por permitirnos recorrer una parte del camino con ella.

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