Amparo, como la conocíamos todos, nació en Valencia, el 20 de mayo de 1935. Era la segunda de nueve hermanos, a los que quería entrañablemente. Una de ellos, Ana Mª, es también religiosa de la Compañía. Empezó su vida de teresiana el 15 de octubre de 1953, festividad de Sta. Teresa de Jesús, movida por un gran deseo de seguir a Jesús.
El 22 de abril de 1956 hizo sus primeros votos en el Noviciado de Jesús-Tortosa y de allí salió destinada a la comunidad de Ganduxer para realizar el periodo de Juniorado y estudiar la carrera de Pedagogía en la Universidad de Barcelona.
Muy joven, en agosto de 1967, fue nombrada Maestra de Junioras de la Provincia de Sta. Teresa.
Muchos fueron sus destinos en la Compañía: Tarragona, Zaragoza-Zurita y Zaragoza-Teresiano del Pilar, San Sebastián-Benta Berri, Tortosa-Colegio, Pamplona-Ermitagaña y Calle Mayor, Roma-Casa Generalicia, Barcelona-Residencia Casa Madre (en dos ocasiones), El Vedat de Torrent, (en dos ocasiones), Barcelona-Gracia, Can Vidalet (L’Hospitalet de Llobregat), Jesús-Tortosa-Casa de Espiritualidad y Jesús-Tortosa – Residencia de Hermanas.
También fueron muchos los servicios y responsabilidades que se le encomendaron. Siempre los aceptó y se esforzó por realizarlos de la mejor manera posible. Después de ser Maestra de Junioras fue coordinadora en varias comunidades, Maestra de Tercera Probación, Consejera y Vicaria provincial.
De Amparo podemos decir que fue una buena teresiana y una buena persona, cercana, serena, educada y obsequiosa. Una mujer creativa, rasgo que sin duda heredó de su madre y que es común a toda su familia. Muy celebrativa, disfrutaba organizando y decorando la casa para las fiestas. Piadosa, enamorada de Jesús.
Muy amante de su tierra y especialmente de la Virgen de los Desamparados, a la que se encomendó en sus últimas horas.
Teresiana hasta la médula, vibraba con las noticias llegadas de toda la Compañía, y se alegraba cuando se reencontraba con hermanas con las que había vivido, o con las que había compartido alguno de sus tiempos como formadora. Era querida por todos. El Señor la habrá acogido con gran fiesta en su Reino.