“Si no reconocemos que recibimos, no despertaremos a amar”
El sábado 22 de octubre, hemos gozado de un acto de homenaje y agradecimiento por toda la labor realizada de María Montejo en Huelva.
La iniciativa de las antiguas alumnas nos hizo vivir un día precioso de Familia Teresiana Estábamos muchas personas: hermanas de la Compañía de Huelva y Sevilla, y dos que se desplazaron de Madrid, MTA, Comunidad Educativa, y Antiguas Alumnas de diferentes generaciones.
“El éxito no proviene del reconocimiento de todos los que estamos aquí sino del resultado de todo lo que has sembrado con amor”. Con estas palabras se dirigió Laura, la Antigua alumna más joven que habló.
Se hizo patente la entrega llena de amor a lo largo del tiempo y en contacto con muchas generaciones de alumnas y alumnos de Huelva y con toda la familia teresiana. Se reconoció y agradeció el amor entregado. Y con el reconocimiento a María, se reconoció la labor de la Compañía en estas tierras onubenses y la tarea de muchas hermanas que a través de los años han pasado por Huelva y de las que ahora tenemos la suerte de estar aquí.
El homenaje se inició con un acto en el salón de la Casa Colón. Chon Sánchez comenzó presentando a las personas que se iban a dirigir a María a lo largo de ese encuentro. A continuación Sagrario Gómez como Coordinadora de la comunidad le dirigió unas emotivas palabras donde pudo resaltar la entrega incondicional de María a las hermanas y leyó el saludo cercano y agradecido que enviaba la Hermana Asunción Codes, General de la Compañía.
Beatriz Rodríguez Arrizabalaga en una sentida charla nos compartió su propia experiencia del carisma a lo largo de su vida, recordando muchos momentos de su vida en el colegio, la entrega y presencia de muchas hermanas y los aprendizajes vitales que le han servido y le siguen sirviendo en su vida personal y profesional. Y en medio de estas preciosas palabras tuvo unas cariñosas palabras hacia María, la Madre María Montejo.
Gema Gil, también antigua alumna de Huelva recordó con cariño la presencia de María como prefecta del colegio en la mayor parte de su tiempo escolar, y lo que aprendió con ella y de ella, le ha servido en su vida y su labor educativa.
Laura Beltrán, la antigua alumna más joven recordó cómo María es en el colegio una presencia esencial para todos los grupos de la familia teresiana, habló de su sonrisa, de su escucha hacia todos, su conocimiento de todos los alumnos y sus familias… de algún modo lo mismo expresaron todas las que hablaron de ella. Una mujer incondicional y entregada.
Sagrario Gómez, volvió a tomar la palabra para leernos el mensaje de Isabel del Valle, antigua alumna, que con chispa recordó como María le hacia elegir entre el baloncesto y la misa al celebrarla a la hora del recreo. Con cariño agradeció también su labor.
Mª José Marfil, de la Asociación de Antiguas alumnas recordó como la Asociación es “andariega” por los viajes que han realizado juntas. Agradeció el impulso que María realizó en sus inicios y el acompañamiento a lo largo del tiempo.
Se visualizó un vídeo en el que se reflejaba la presencia de María con las personas, con sus comunidades a lo largo de los años, con la comunidad educativa a través del tiempo, las celebraciones claves, los eventos del colegio…
Terminó el acto con la entrega de unos detalles y el canto de la Salve Rociera. Del salón de actos se paso a compartir un cóctel que nos permitió encontrarnos y charlar, seguir tejiendo familia teresiana.
Terminó el homenaje con la eucaristía celebrada en la capilla del colegio y presidida por nuestro Obispo, D. Santiago Gómez Sierra.
Un homenaje emotivo, entrañable, lleno de muchas palabras, recuerdos, que nos ha dejado un sabor precioso de “orgullo de familia” y la certeza que “si el grano de trigo cae en la tierra y muere, da MUCHO FRUTO”. Y es palpable el fruto que la vida entregada de María Montejo y de muchas hermanas ha dado en esta tierra de Huelva.