«A los que se interesan…»

Desde el principio hasta el final de su vida encontramos en San Enrique de Ossó una pasión por conocer y amar a Jesús y hacerlo conocer y amar… por compartir su misión y ser su apóstol, su misionero de paz y amor.

Al empezar su camino, él se había encontrado con Teresa de Jesús, y desde la misma pasión que la movió a ella, su manera de ser apóstol fue teniendo el indiscutible sello teresiano. En el Desierto de Las Palmas había diseñado un plan para cambiar el mundo según el espíritu de Teresa de Jesús. Y vivió preguntándose, en cada nuevo sueño, “¿Dios lo quiere?, ¿Jesús lo quiere?, Teresa de Jesús lo quiere?”. Había aprendido a salir de su propio interés y todo lo que fuera promover los intereses de Jesús movía su vida e imprimía el carácter de sus obras.

¿Cómo aceptar con gusto lo que promueve y aumenta los intereses de Jesús un corazón que sólo busca los suyos propios? … Me admira y pasma la indiferencia con que cuidan muchos corazones que todos los días reciben a Jesús, los intereses de este mismo Jesús[1].

Al final de su vida, en medio de sus luchas, con corazón abrasado en el amor de Jesús, Enrique de Ossó seguía con sed de darle a conocer y de buscar sus intereses: Acostúmbrate a buscar a Dios en todas las cosas y a referirlas a Él, como su primer principio y último fin.[2]… No vaya yo de este mundo, Jesús mío, sin haberte amado y hecho conocer y amar, cuanto me sea posible[3]. Hoy también queremos celebrar su vida aprendiendo su búsqueda de los intereses de Jesús en todo, sus preguntas por lo que Dios quiere en lo cotidiano, como modo de discernir lo que es de su Reino y su justicia… verá por experiencia, y mejor tal vez de lo que nosotros sabemos decirle, cuánto ama Jesús a los que se interesan por darle a conocer, dijo él a los catequistas… a los que viven con celo y delicadeza por los intereses de Jesús[4].

Hna. Isabel del Valle, stj


[1] Guía práctica del catequista

[2] Novena al Espíritu Santo. Enero de 1896

[3] “Desde la Soledad”. R. T. Enero de 1896.

[4] Un mes en la escuela del Sagrado Corazón de Jesús. 1894

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