El día 8 de noviembre celebramos con gran solemnidad los 100 años de nuestra hermana María Olaverri. Se comenzó la fiesta el día anterior con la oración de Vísperas, en la que la comunidad se unió a su Acción de Gracias por todos estos años en los que Dios ha sido su amor y fortaleza. Se reconocieron y agradecieron sus bondades para con María y su respuesta sencilla, filial, generosa…
El propio día lo celebramos como en tres momentos superespeciales.
Por la mañana, una nutrida representación del Colegio de alumnos y profesores la obsequiaron con su presencia entrañable y cercana con cantos, entrega de dibujos y mensajes realizados por alumnos y profesores y un bello ramo de flores que le entregaron unos alumnos. La recibieron en el Salón de Actos con toda la solemnidad y “curiosidad” por parte, especialmente, de los más pequeños, de felicitar a una “monja” de 100 años. Fue precioso el encuentro, acogido y celebrado por María con una gran sonrisa y aceptación cariñosa durante todo el evento.
La comida fraterna –“celebración de hermanas”- fue el segundo momento fuerte. Nos acompañó una pequeña representación de hermanas de las Comunidades de San Sebastián y Echavacoiz y también estuvo con nosotras Mariola Iglesias, como nuestra Delegada Provincial. Fue una comida por todo lo alto, preparada con mucho cariño y detalle por todas las hermanas. La idea fue que nuestra hermana María gozara y experimentara realmente el cariño que le tenemos. Así fue. Gozó, participó, compartió… siempre con una sonrisa que demostraba la alegría, la satisfacción por su día celebrado.
Por la tarde, tercer momento solemne, tuvimos la celebración de la Eucaristía presidida y concelebrada por los sacerdotes de nuestra Parroquia Sta. Ma. de Ermitagaña, Alfredo Urzainqui, Párroco, Carmelo Ortigosa y Paco Villanueva y con la participación inmejorable del Coro del Colegio, Voces de Barro. Se invitó con toda antelación y cariñoso recuerdo a las personas más cercanas y entrañables para María. Asistieron sus familiares, personas allegadas, profesores, exalumnas, muchas de las que todavía tienen hijos en el Colegio o han salido ya de él. Bella ocasión de compartir recuerdos, anécdotas de sus muchos años dedicados a la enseñanza, educadora de muchas generaciones. Todas las personas estuvieron con María recordándola con mucho cariño y agradecimiento. María disfrutó mucho “su gran y especial día”, manteniéndose serena, feliz, a lo largo de toda la fiesta celebrativa.
Gracias, Dios, por tanta bendición y gracias derramadas sobre todos.
