Tras la finalización del Sínodo, estoy siendo testigo del tiempo nuevo que se está abriendo en la Iglesia, desde el deseo de caminar juntos y de dar pasos en la apertura e inclusión de todos y todas en la comunidad de creyentes. El arzobispo de Madrid, José Cobo, dispuesto a dar pasos en la línea sinodal que quiere vivir la Iglesia, ha puesto en marcha una iniciativa para observar y avanzar en la participación e inclusión de las mujeres en la Iglesia.
El Observatorio de las Mujeres de la Iglesia de Madrid es una iniciativa cuyo objetivo es indagar, mediante la escucha activa, sobre cuál es la situación y participación de la mujer en todos los ámbitos diocesanos de la Iglesia, con el fin de discernir y elaborar, a la luz del Evangelio, un informe con propuestas concretas a implementar, que permitan avanzar en las buenas prácticas sobre lo que las mujeres quieren y esperan.
Un equipo motor de ocho mujeres, al que se me invitó a formar parte en el mes de octubre, diseñamos y animamos todo el proceso, que está convocando a más de 70 mujeres procedentes de diversas asociaciones, estados de vida, contextos socioculturales, ideológicos, etc. El proceso va a tener tres fases: escucha, observación y recogida de datos, con dos herramientas fundamentales: una ficha de observación y entrevistas; diálogo y discernimiento a partir de la constitución de grupos de discusión y la elaboración de propuestas y constitución del equipo que garantice su implementación.
La experiencia de pertenecer al equipo motor está siendo todo un aprendizaje precioso de búsqueda, escucha e integración de la diversidad. Es un equipo que ya expresa la diversidad de nuestra Iglesia, en edades, sensibilidades y caminos recorridos. Todas tenemos un objetivo en el que estamos empeñadas con todas nuestras fuerzas: poder sentarnos a la mesa mujeres diversas para avanzar y proponer pasos reales en la igualdad e inclusión de las mujeres en la comunidad eclesial, con toda la riqueza de nuestro modo de seguir y buscar al Dios de Jesús.
El 27 de enero, ¡bonito día para empezar! comenzamos la primera fase de escucha de la realidad… sin juicios y dispuestas a acogerla como es para avanzar.
Recibí la invitación a estar en el equipo que va a impulsar todo el proceso y, aunque soy consciente de que el camino no va a ser fácil, lo acojo desde el deseo de caminar con otros y otras, de que la Compañía esté presente donde se empuja el camino de participación e inclusión de las mujeres, y desde la certeza de que, al igual que las primeras seguidoras de Jesús, testigos de su resurrección, nosotras somos hoy continuadoras del anuncio de que la bondad y el amor de nuestro Dios pueden restaurar nuestro mundo. Y conmigo estáis todas vosotras, hermanas y seguidoras de Jesús… ¡Os iré contando! (Ana Fuentes stj)