¡Hola a todos!, somos Jimena y Carla, alumnas de 2º de Bachillerato y 3º de la ESO del Colegio de Teresianas de Salamanca. A principio de este curso nos propusieron, dentro de un programa de voluntariado, acudir a la residencia de las Hermanas Teresianas para, además de pasar un rato divertido todos juntos, acercarnos aún más a la Comunidad de hermanas mayores que viven al lado de nuestro colegio y acompañarlas una tarde a la semana.
Cuando nos propusieron esta idea, no éramos capaces de imaginar cómo podía ser la vida dentro de su hogar; estábamos nerviosas al principio, pero al entrar a la zona común y ver a tantas hermanas sonriéndonos cálidamente, nos sentimos como en casa.
No solo hemos conocido a mujeres maravillosas con historias interesantísimas tanto en su labor misionera, educativa, con experiencias en otros países, hermanas que han cuidado de nuestros colegios en las porterías, en comedores, en los patios… y con un gran corazón, sino que hemos logrado acercarnos un poquito más a ese sentimiento teresiano del que tanto nos hablan. Hemos creado un vínculo muy cercano desde el primer momento. Y nos hemos enriquecido mutuamente.
Mucha gente cree que un voluntariado es un trabajo duro y que requiere de mucha paciencia; estas hermanas nos han abierto las puertas de su casa, nos han enseñado, que estar con ellas, pasar un rato de juegos de mesa, una charla profunda o una rutina de ejercicio físico juntas, vale más que cualquier otro tratamiento.
Ha sido una experiencia enriquecedora, que todo el mundo debería vivir al menos una vez en su vida. Sin duda agradecemos enormemente esta oportunidad, es un recuerdo muy especial que nos acompañará toda la vida. (Jimena y Carla, alumnas del colegio de Salamanca)
