La hna. Hermenegilda había nacido en Valladolid, el 13 de abril de 1928. Hija de una familia numerosa, se quedó huérfana de madre muy pequeña. Ella y sus cuatro hermanos tuvieron una infancia difícil. Ingresó en la Compañía el 13 de julio de 1951, en el Noviciado de Tortosa. Después de su primera profesión, fue destinada a la comunidad de Pamplona-Calle Mayor. En el año 1957 pasó a pertenecer a la comunidad de Mora de Toledo donde inició su labor apostólica realizando diversos trabajos auxiliares. El año 1963 fue trasladada a la comunidad de Valladolid y de allí a Ciudad Rodrigo-Velayos y Dueñas. El año 1979 cruzó el Atlántico y se fue a Argentina. Allí estuvo en las comunidades de Monte Grande, Buenos Aires-Pensionado, Buenos Aires-Colegio y Resistencia. En 1993 pasó a vivir en la comunidad de Montevideo-Residencia de Hermanas. Allí estuvo hasta que en el año 2002 regresó a España pasando a formar parte de la comunidad de Flix (Tarragona). Al año siguiente, ya jubilada, se la destinó a Sant Pere de Ribes (Tarragona), donde formó parte de la nueva comunidad que se erigió ese año. Más tarde, en 2006, fue a la comunidad de Residencia de hermanas en Jesús (Tortosa) donde permaneció hasta el final de sus días.
De carácter fuerte y muy bondadoso realizó siempre con dedicación y humildad las tareas que le fueron encomendadas. Mujer alegre y muy positiva, supo ganarse el cariño de las personas con las que trabajaba y vivía. Todas la recuerdan con gran cariño. Algunas personas la llamaban cada año el día de su cumpleaños desde Montevideo.
Mere, como la llamaban los que la conocían para acortar su nombre, sufrió durante los últimos años por la enfermedad mental que le aquejaba. Poco a poco fue perdiendo sus facultades y en los últimos meses de su vida le costaba hablar y ya no caminaba. Con todo, no perdió la sonrisa ni dejó de agradecer los cuidados que recibía de hermanas y gerocultoras, a las que manifestaba gran cariño. Cuando se le preguntaba qué le parecía algo su respuesta siempre era “todo muy bien”, “todo muy rico…” Siempre alegre y positiva.
Había comenzado en Jesús-Tortosa su vida en la Compañía, y allí la entregó al Señor el día 27 de febrero de 2025, a los 96 años de edad. Descanse en paz.

