ENCUENTRO DE HERMANAS PARA REFLEXIONAR SOBRE LA PASTORAL JUVENIL

El 7 de junio, un grupo de Hermanas de Portugal se reunió en Fátima para reflexionar sobre la pastoral juvenil. Estuvieron presentes comunidades de norte a sur. El tema fue sugerente y apasionante. El Capítulo General, en su
Documento Conclusivo, nos dio una orientación clara sobre la Pastoral Juvenil y Vocacional, instándonos a dialogar con los jóvenes…
Comenzamos el encuentro con una oración, pidiendo al Espíritu Santo que se hiciera presente en cada una de nosotras para captar nuestro deseo y responder a los anhelos de nuestro mundo juvenil. Como telón de fondo, se nos ofreció el texto bíblico de Isaías 43,1-5, un texto reconfortante que presenta a Dios como un amigo que no se cansa de susurrarnos: «No tengas miedo… eres precioso para mí, tienes valor y te quiero». Envueltos en la certeza de este amor inconmensurable, hicimos un breve silencio orante, que fue iluminado por las estimulantes palabras de Enrique de Ossó: «No nos haremos santos
pensando demasiado, sino amando demasiado, y como la mejor prueba del verdadero amor son las obras…»

Tras un momento de silencio, se nos invitó a escribir en un post-it una palabra «que exprese nuestra actitud diaria como
teresianos». Se pronunciaron varias palabras clave: alegría, entrega, disponibilidad, estar, escucha, atención, acogida… que se colocaron en un cartel donde se escribió la palabra aglutinadora «CONVOCADAS». Y terminamos nuestra oración con la canción: «No te quedes en la playa».

El trabajo continuó con una reflexión individual sobre el texto de Óscar Alonso: «¿Qué comunidad para los jóvenes? ¿Qué lugar ocupan los jóvenes en nuestras comunidades?» A la reflexión individual le siguió un debate en grupo y, posteriormente, una sesión plenaria. De la puesta en común en grupo, señalamos algunos aspectos que se vislumbran, aunque tenuemente, en las
comunidades, y los retos que queremos cumplir para estar cerca de los jóvenes: acogida, disponibilidad, paciencia, comunidades de fe y oración.
Concluimos que necesitamos integrarnos más en la pastoral de las parroquias/diócesis, en la pastoral juvenil a nivel del CIRP, trabajar en red en la pastoral juvenil y vocacional teresiana, intercambios entre las Hermanas de la Provincia y otras congregaciones, crear espacios/tiempos para el voluntariado, experiencias teresianas para jóvenes, necesidad de dejar atrás el pasado y abrirnos a lo nuevo para evangelizar con un nuevo lenguaje y actitud de estar «en salida», generar relaciones constructivas… Así terminamos la mañana, con la sensación de habernos dado lo mejor de nosotros mismos.

Por la tarde, nos centramos en aspectos a concretar: «Pasos de CONCRECIÓN para hacer CRECER la VOCACIÓN». La metodología fue prácticamente la misma: trabajo individual, grupos y sesiones plenarias. A partir de la META 5, se trabajaron las líneas estratégicas 5.1 y 5.2. Primero, reflexión individual, luego en grupos. Seleccionamos los pasos que íbamos dando en un dibujo que representaba un pie azul. Era una forma de hacernos conscientes de lo que hemos hecho, porque en nuestra vida cotidiana a menudo pasamos por alto ciertos detalles de nuestras acciones.
En las plantas verdes escribimos los pasos que queríamos dar con los demás. Toda la asamblea pudo leer, escuchar y hacer preguntas, porque todo estaba expuesto en las paredes de la sala. Los propios colores de las plantas de nuestros pies, en los que escribimos los resúmenes de la reflexión de la tarde, se convirtieron en simbólicos para cada participante en este año en el que realmente queremos ser «PEREGRINOS DE ESPERANZA».
Terminamos nuestro encuentro a las 5 de la tarde con una oración en la que recordamos al Papa Francisco con un breve texto de la Exhortación Evangelli Gaudium, 268:

«La vocación nunca es un tesoro que permanece encerrado en el corazón, sino que
crece y se fortalece en la comunidad que cree, ama y espera». (Papa Francisco para la LXII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones).

                                            Muchas gracias al equipo que organizó este encuentro.

Conceição Marques, stj

 

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