La hermana Benita de María Inmaculada Andueza Huarte nació en un pequeño pueblo de Navarra, Ilzarbe, el 24 de marzo de 1929.
Hizo su entrada en la Compañía, en el noviciado de Tortosa, el 12 de abril de 1946 y su profesión perpetua el 16 de septiembre de 1953, en Caracas (Venezuela), a donde fue destinada en el año 1951.
De familia numerosa y religiosa, desde muy joven sintió la llamada del Señor y fue generosa en su respuesta. Ya en la Compañía, cuando conoció la vida y obra de Nuestro Padre, se dejó cautivar por él. Hasta el último día pidió que se le llevara a una de las tribunas de la zona de enfermería desde las que se ve la capilla, para hablar con Nuestro Padre y pedirle a él y al Señor que la llevaran al cielo.
Su primer destino fue Barcelona, Casa Madre. Después de tres años fue a Caracas, a la comunidad del Paraíso, donde hizo los votos perpetuos. En el año 1955, a la comunidad de la Castellana y de allí, en el año 1965, a Zaragoza, Tortosa-Noviciado, Tarragona-colegio y en el año 1990 de nuevo a Jesús (Tortosa) a la Residencia de hermanas donde estuvo hasta el final.
De carácter sereno, nunca dejó de sonreír y agradecer lo que recibía de otros. Mujer de carácter y de profunda fidelidad a Dios y a la Compañía, se entregaba con generosidad a todas las tareas que le eran encomendadas. Todas las personas que la conocieron recuerdan con agradecimiento la ayuda que les prestó en muchos momentos tanto por sus consejos, siempre acertados, como por buscar soluciones a problemas que estaban viviendo.
En su última etapa, en la enfermería, dirigía cada día por la tarde, puntualmente la oración de las hermanas que estaban con ella, teniendo especial interés en rezar por los sacerdotes, a los que nunca olvidaba en su oración y con los que se alegraba cuando sabía de algún aniversario o fiesta que celebraban.
La enfermedad, y el dolor, le acompañaron en los últimos años hasta que le fueron faltando las fuerzas para poder soportarlos. Y así, la mañana del día 16 de enero, el Señor vino a buscarla para llevarla al cielo que tanto había deseado.