En la mañana del día 8 de octubre de 2024 falleció en la comunidad de Ávila Residencia nuestra hermana Cidália Amaral. Tenía 90 años y su cuerpo había ido sufriendo el deterioro propio de una vida larga y de algunas enfermedades crónicas.
Cidália nació en Povoa de Penedero, un pueblo de la diócesis de Lamego en Portugal. Entró en la Compañía en el noviciado de Braga en 1955 y, después de los primeros votos en 1958, fue destinada a Lisboa. Más adelante vivió en algunas casas de Angola, pero la mayor parte de su vida la pasó en España, en distintas comunidades: Salamanca, donde hizo la profesión perpetua, en Madrid – Casa provincial, y llegó a Ávila- Residencia en el verano de 2021 para poder ser mejor atendida en la enfermería.
Tenemos muy buenos recuerdos de Cidália: una hermana sencilla, silenciosa, entregada, interesada también por todo lo que pasaba en el mundo y siempre informada. De una piedad grande y profunda, dirigía su oración sobre todo a María, y propagaba su devoción allí por donde pasaba.
Fue una cocinera excelente, aunque también sabía corte y confección, pero su verdadera pasión era la jardinería. Le encantaban las plantas y conseguía que, en sus manos, siempre llenas de cortes y quemaduras, todas reviviesen. Era fácil encontrarla regando, podando, arreglando jardineras, en los parterres de la Casa provincial.
Siempre nos ha hecho mucho bien ese cariño entrañable de Cidália a la Señora de Fátima y su apego a la oración del rosario. Estamos seguras de que fue María la que intercedió ante Jesús para llevársela con Él justo al día siguiente de la fiesta de la Virgen del Rosario.
En la última etapa de su vida, nos dolía esa enfermedad que la mantenía más callada y expectante, atenta a cualquier movimiento nuestro. Su mirada nos hablaba de la necesidad de descansar ya en el regazo de Dios y de María, por eso, en medio de la pena que nos causa su despedida, nos alegramos, porque ya goza para siempre de una paz sin límites.