Joaquina da Fonseca Monteiro. 14 de septiembre de 2024 (Fátima Residencia)

En la madrugada del 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz, la hermana Joaquina partió hacia la Casa del Padre. A lo largo de su vida, la contemplación de la cruz de Jesús fue la motivación profunda de una entrega total a Dios manifestada en el servicio a sus hermanas de la Compañía, “conociendo y amando a Jesús y haciéndolo conocido y amado”.

Joaquina nació el 13 de abril de 1925 en la Parroquia de Alvelos/Barcelos. Ingresó a la Compañía el 14 de octubre de 1940, tenía 15 años. Dijo con cierta emoción: Dios me llamó muy temprano para servirle en la Compañía. Después de las primeras votaciones, fue asignada a la comunidad de Elvas/Colégio.

Posteriormente pasó por las comunidades de Santo Tirso, Braga/Rechicho. Joaquina fue una teresiana que destacó por su gran amor a la educación. Fue una excelente persona autodidacta. En 1957, el espíritu misionero la hizo cruzar el Atlántico hacia Angola. En Angola fue la fundadora de algunas escuelas.

La Escuela de Magisterio Primario fue el trabajo privilegiado que siempre apreció. También pasó por Missão do Vouga, Babaera, Quibala – Quanza Norte. Fue una excelente maestra y educadora.

En 1974, en una época convulsa, tanto para Portugal como para Angola, debido a la Revolución del 25 de abril, la hermana Joaquina vino a Portugal para visitar a su familia y descansar un poco. Las superioras, debido a la situación política del momento, decidieron que se quedara en Portugal. En septiembre de 1974 inició una nueva etapa de su vida en la Parroquia y Centro Social de São Domingos de Benfica, profesora de Religión y Moral Católica y en la Pastoral Parroquial. Con su entusiasmo por Cristo y su espíritu apostólico, desempeñó la misión de catequista con niños, jóvenes y adultos, en la Parroquia, en el Colegio Privado Príncipe Carlos, clases de Religión Moral Católica.

El Señor le concedió una vida larga y de calidad. En el período más doloroso, que fue muy corto, permaneció muy lúcida. Supo entregarse al Señor con elegancia espiritual, queriendo cumplir su voluntad, como tantas veces lo dijo a lo largo de los días previos a su partida. Falleció a la edad de 99 años.
Las exequias se celebraron en la capilla de la comunidad de Fátima.
Descanse en paz nuestra Hermana Joaquina.

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