Ya es tradicional que el día de Epifanía las comunidades teresianas de Andalucía nos encontremos en la Residencia de Huelva. Aquí vivimos la alegría del encuentro y experimentamos esa cercanía fraterna de la que alguien podría decir:” mirad cómo se aman”.
También nuestro capellán, el agustino P. Ángel, tan sensible a todo lo comunitario, mostró su alegría ante el grupo tan numeroso que se reunió en la Eucaristía.
De la Misa a la mesa, donde surgen las conversaciones bonitas. Y de allí, a la sala, rodeando al Niño Jesús, que es la “causa de nuestra alegría” y que nos deja sin palabras desde su cuna de pajas.
Algo faltaba en la sala. No había paquetes ni bolsas de regalo como otros años. ¿Olvido de los Reyes? No: dolor por el hermano. Su equivalente en euros había volado para Valencia. Nadie hizo mención del vacío porque cada una sentía lleno el corazón.
El tiempo de oración compartida, preparado por la comunidad de Pino Montano, recogió nuestros mejores deseos para el año 2025 y nos aunó en el amor al Evangelio y a la Compañía. (Sagrario Gómez, stj)

