La semana del 24 al 27 de enero, con mucha ilusión y agradecimiento, y dentro de lo posible, celebramos en la parroquia de San José Obrero, de Ávila, y en el ámbito de la catequesis, a Enrique de Ossó, nuestro patrono.
Estos días de celebración comenzaron el lunes 24 con un encuentro de los catequistas de la parroquia. Primero presentamos una breve biografía de Enrique de Ossó, ya que hay algunos catequistas que han sido Amigos de Jesús y han pertenecido al MTA y lo conocen bien, pero otros no. Y nos detuvimos especialmente en su faceta de catequista, pedagogo, amante de que los niños lleguen a conocer a Jesús y, de esta manera, regeneren nuestra sociedad… Tras esta presentación tuvimos un rato de oración, motivados por sus palabras y la Palabra que nos invitaba a dejarnos en las manos de Dios. Para terminar entregando los puntos de lectura que con tanto cariño nos preparan y envían cada año desde el Equipo; la medalla de Enrique con la reliquia y… un dulce. Fue una tarde preciosa y me imagino a nuestro padre mirándonos “desde ese cielo encantador” con cariño y orgullo.
El martes, miércoles y jueves, ya fue dedicado a los niños, porque, como son en torno a 240 los que se están preparando para la Primera Comunión, tuvimos que repartirlos en grupos para la celebración. Caras de asombro e intriga porque comenzábamos juntos la catequesis de ese día, porque les iba a presentar a un amigo de Jesús y además ¡era su cumpleaños! Y así, poco a poco, y con ayuda de una proyección, fuimos desgranando la vida de Enrique y su deseo de conocer y amar a Jesús y de hacerlo conocer y amar.
Después hicimos silencio, cerramos los ojos y nos preguntamos qué queríamos hacer con nuestra vida, qué queríamos ser de mayores; parecernos a Enrique, ser maestros, sacerdotes, catequistas para que otros también conozcan a Jesús… Al final, les hicimos entrega del punto de lectura buscando, entre todos, qué quería decir eso de “regenerar la sociedad”; y lo acogieron con mucho cariño y agradecimiento. Y terminamos nuestro encuentro pidiendo a Enrique, a través del canto, que nos enseñara a ser como Jesús. ¡Todo por Jesús!
Virginia Mozo