MTA de Elvas – Portugal
Visitamos Czestochowa donde se encuentra el Santuario de Jasna Gora, que venera el icono de la Virgen Negra, patrona de Polonia; Wadowice, tierra natal de este carismático Papa, donde se encuentra la Casa-Museo de S. Juan Pablo II, con una exposición interactiva que nos permitió conocer, aún más, la vida, obra y enseñanzas de este gran Santo. En Zacopane, encontramos un gran santuario dedicado a Nuestra Señora de Fátima. Este gran santuario fue consagrado por el Papa en agradecimiento por haber sobrevivido al atentado del 13 de Mayo de 1981. “Mi vida se salvó por intercesión de la Virgen de Fátima”, dijo el papa en este santuario.
Otros dos santuarios que visitamos y donde rezamos, fueron el Santuario mundial de la Divina Misericordia, en Lagiewniki, donde se encuentra, también, el túmulo de Santa Faustina, que el Papa tanto veneraba y, en Niepokalanow, ciudad donde vivió S. Maximiliano Kolbe, el monasterio y el santuario de la Inmaculada Concepción. S. Maximiliano murió en Auschwitz, dando la vida por un prisionero.
- Auschwitz-Birkenau-Hacer memoria para que no se repitan.
Visitar Auschwitz fue para mí una lección de empatía. Contemplar aquellos campos y ver personas, y no números, no etnia o religiones. Personas, gente como nosotros, con historias y sueños y ponerme en su lugar. Ver su familia, la madre, sus hijos, es verme a mí misma allí, sufriendo con los que sufrieron.
Visitar estos campos no es algo bonito, ni es turismo, no es como dar un paseo, pero es necesario hacerlo, por lo menos una vez en la vida, para entender lo que el odio y la intolerancia son capaces de hacer. Me quedó grabado en la memoria un pensamiento de George Santayana escrito en la entrada de una de las salas de Auschwitz: “Los que no se acuerdan del pasado están condenados a repetirlo”. Salí de Auschwitz con los ojos húmedos y con el corazón dolorido, pero con un compromiso: “hacer lo poquito que de mí dependa” (S. Teresa) para que esta historia triste no se repita. Gastar la vida por la paz, la fraternidad, el respeto y la tolerancia es mucho mejor.
El grupo de 50 peregrinos del MTA por tierras polacas vino más unido, más enriquecido espiritual y culturalmente y con el compromiso de ser constructor de Paz.
Maria de Fátima Magalhães stj