Tensión hasta el último minuto en Egipto… Tras dos semanas de negociaciones, la COP27 deja tras de sí un acuerdo. La mañana del 19 de noviembre amaneció en Sharm el-Sheij con un aura de esperanza. Las horas finales de la 27ª Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) se vivieron con intensidad…[1]
Acaba de terminar la COP 27… y escuchamos eso de las horas finales, hasta el último minuto, en el último momento e incluso en el tiempo de descuento… y esto junto a algunas afirmaciones que no sé si animan mucho la esperanza y el caminar en el que estamos comprometidos desde lo pequeño y posible, lo que está al alcance de nuestras manos sobre el cambio climático.
Hablan de siete logros, ocho problemas y una gran decepción y, en definitiva, del escaso avance que vuelve a poner los ojos, como todos los años, en la siguiente COP. Es decir, que se van añadiendo años (el tiempo que ya no tenemos) y se van dando largas al cambio imprescindible en las políticas, la economía y sobre todo en la toma de conciencia que harían posible ese otro cambio, compromiso de todos, en el cuidado de nuestra Casa Común.
Y dicen también que la distancia entre donde debemos estar y donde estamos en materia de emisiones de gases de efecto invernadero, derechos humanos y equilibrios geopolíticos es más grande que nunca. Cuando más necesitamos acciones y compromisos para atajar la crisis climática, volvemos a escuchar promesas y planes futuros, objetivos sin agendas concretas y presiones para que apenas nada cambie y, sin embargo, que cambie lo mínimo necesario que pueda dar la impresión de que los más de 40.000 participantes en la COP27 no se reunieron en Egipto para nada. Se ha subrayado la conexión entre el espacio cívico y la acción climática…[2]
Estos días estamos disfrutando de las experiencias de vida que encontramos en la web stjteresianas.org cuando entramos en materiales año capitular (1. Ensancha el espacio de tu tienda, y después 1.A: acercarnos a distintas experiencias y procesos en la Compañía, proyectos teresianos…)
Nos encontramos ahí con ese camino posible, ese pasito cotidiano, esa experiencia de vida, sembrada durante años en pequeñas o grandes dosis, pero sobre todo sembrada en lo concreto, que habla de otra manera sobre el tiempo que tenemos en nuestras manos, ese que es posible y no da largas, el que se tiene para vivirlo cada día, el que elegimos para emplearlo en lo que puede hacer felices a otros, ese tiempo que podemos entregar en lo que la vida vaya ofreciendo… Dice allí entrañablemente una de las personas que comparte su experiencia: Señor, lo que tengo es tiempo. Si tienes por ahí una tareíta en la que yo pueda echarte una mano, dime en qué te puedo ayudar. Quiero ofrecerte mi tiempo y decir: Señor, a tu disposición. Tengo tiempo, dime qué quieres que haga hoy.[3]
Hablando de las conclusiones de la COP27, decía una ministra que en los próximos meses tendremos que trabajar en cómo se materializa el mecanismo… Qué bueno sería preguntarnos, en este tema y en los que vivimos como tantas personas que hoy tienen que colaborar, ajustarse los bolsillos y presupuestos, ¿en qué puedo emplear mi tiempo, mi vida, y ayudar hoy?… para no dar largas al cambio posible y hacer camino sin esperar a las horas finales. Maestros tenemos para eso poquito que puedo y es en mí[4], y para apoyar lo que ha de contribuir más eficazmente a unir las fuerzas para levantar el edificio[5].
[1] Raquel Nogueira. Enclave ODS. 20 de noviembre de 2022.
[2] Fernando Valladares, Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, 20 de noviembre de 2022.
[3] ESCUCHAR LA VIDA ENTREGADA. Hermanas mayores – YouTube
[4] Teresa de Jesús, Camino de Perfección 1,2
[5] Cfr Revista Teresiana 1876-1877 p 62