En la comunidad de El Raval estamos muy contentas porque en mayo hemos tenidos dos grandes alegrías.
La primera buena noticia es en relación con uno de los proyectos en los que estamos comprometidas como comunidad: el Hospital de Campanya de Santa Anna. El proyecto no tiene subvención de ningún tipo, ni estatal ni particular, por lo tanto, hay momentos en que pasamos verdaderos apuros para llevarlo adelante. Gracias a Dios (y a San José, que intercede constantemente para conseguir lo necesario), todo se mantiene; con austeridad, pero se mantiene. Tenemos tres personas contratadas que se ocupan del proyecto: Clara, asistenta social, Jose, a cargo de la consigna, y nuestra hermana Anna Cuomo, que tiene la responsabilidad del voluntariado y de la infraestructura interna. A medida que el proyecto se iba definiendo, veíamos la necesidad de un educador social, pero era como “el sueño de una noche de verano”. ¡No podíamos sostener el gasto de otra persona contratada!
Después de gestiones y tras casi seis meses de interrogantes y paciente incertidumbre, de pedirlo en nuestra oración, la Fundació “la Caixa” está estudiando pagar el sueldo de ese educador social tan necesario.
La segunda buena noticia es que el Instituto Emmanuel Mounier de Catalunya (IEMC) y la Facultat de Teología de Catalunya han concedido el premio anual llamado Reconeixement Emmanuel Mounier, a nuestra hermana Maria Victoria Molins “por su trabajo contra la exclusión social y el alcance vital, humano y cultural del servicio que realiza con las personas sin hogar que viven en la calle”.
El premio Reconeixement Emmanuel Mounier fue instituido en 2009 por el Instituto Emmanuel Mounieren colaboración con la Facultad de Teología“para valorar y reflejar la trayectoria humana, a la vez intelectual y de compromiso vital, de las personas físicas o institucionales que destaquen por la tarea de enaltecer al ser humano como ser personal e intransferible con lo que aporta de sentido comunitario y esperanzado en la verdad y la justicia para hacer posible un mundo justo”. Algunos galardonados anteriormente han sido la Fundación Vicente Ferrer, la Comunidad de San Egidio, el jesuita José Ignacio González Faus.
El acto tuvo lugar el 19 de mayo en el Seminario Conciliar de Barcelona, y en él se destacó la motivación religiosa de Victoria, su testimonio de acogida y escucha de los más vulnerables, y el compromiso que la convierte en una de las “animas” del Hospital de Campanya de Santa Anna. Las palabras de agradecimiento de Victoria constituyeron un canto a favor de la persona humana y de todos los que luchan por situarla en su verdadero lugar dentro del universo. La comparación entre el personalismo de Mounier y las palabras de Teresa de Jesús cuando escribe sobre la dignidad de la persona, dieron lugar a un aplauso cerrado que duró varios minutos.
Dos motivos por los que nuestra comunidad da gracias a Dios, y por los que os invitamos también a darlas. Somos cuerpo congregacional, familia teresiana. Igual que “cuando un miembro sufre, todas sufrimos”, deseamos que “cuando un miembro se alegra, todas nos alegremos”. Gracias.