La hermana Rosa Mendes Oliveira tuvo la dicha de partir hacia Dios en plena Semana Santa, cuando toda la Iglesia celebraba la Pasión y Resurrección del Señor.
La hna. Rosa nació en Monserrate – Viana do Caselo en 1931. A los 26 años, entró en el noviciado de la Compañía de Santa Teresa de Jesús de Braga. Sus primeros años de vida religiosa, estuvo en las casas de Porto, Lisboa, y tras diez años vividos como misionera en Angola, volvió a Portugal en 1975.
Estuvo dos años en la comunidad de Braga, y durante treinta y ocho en el Colegio de Sana Teresa de Jesús en Santo Tirso como profesora/educadora. Debido a sus limitaciones físicas, pasó los tres últimos años de su vida, en la Residencia Teresiana de Braga, donde recibió los cuidados que su salud necesitaba.
Nuestra hermana Rosa fue una teresiana de alma de fuego, a quien consumía y abrasaba el celo por los hermanos; serena, constante y persevetante en la oración; determinada a la acción, fervorosa en todas sus obras; estaba revestida de Cristo y conformada en Él. Su fuerza y dinamismo apostólico venía del sagrario, donde aprendió a amar, servir y a hacer de la vida un continuo “Todo por Jesús”.
Durante los años que vivió en el Colegio de Santo Tirso, se entregó con entusiasmo y ardor apostólico a su misión de educadora. Trabajó intensamente en la Parroquia, dedicándose a la catequesis, a la animación litúrgica y a los coros parroquiales. Además de esta misión parroquial, también se dedicó a la acogida de los pobres, prestándoles su ayuda y manifesando siempre su cariño por ellos.
Las personas de Santo Tirso la recuerdan con mucho cariño y gratitud. Son muchos los testimonios de aprecio y elogio a las actitudes que vieron en la hermana Rosa. Los comentarios que se escuchaban, hacen ver que vivió al estilo de Teresa de Jesús: vivió, sintió y amó como Jesús.
Supo vivir según la voluntad de Dios, con caridad fraterna al servicio de los hermanos y hermanas, y siempre, con una sonrisa en los labios. La Compañía de Sana Teresa de Jesús agradece profundamente la vida, la entrega y toda la dedicación de nuestra querida hermana Rosa, a quien prestamos nuestro sentio homenaje y pedimos a Dios que la guarde siempre en su AMOR.