Nuestra querida hermana Mª Dolores Ménendez Llerandi falleció en Oviedo el día 2 de noviembre, después de haber vivido la última temporada enferma, a los 89 años de edad.
Sus primeros años en la Compañía los vivió en Salamanca y después ya vino destinada a Oviedo, donde desempeñó diversos servicios y tareas en la comunidad. También, junto con su hermana teresiana Mª Jesús, durante un periodo de tiempo se ocupó de la atención a su madre que vivía en un pueblo relativamente cercano, Nava.
Nuestro capellán y hermano de Compañía, José María Hevia, escogió como primera lectura del funeral un texto de Job en el capítulo 19: “Yo sé bien que mi defensor está vivo Y que al final se levantará a favor del humillado; de nuevo me revestiré de mi piel y con mi carne veré a mi Dios; yo mismo lo veré y no otro, mis propios ojos lo contemplarán. Esta es la firme esperanza que tengo”. Creemos y sabemos que esto se ha hecho realidad en nuestra Hermana por la que Dios siempre ha velado con misericordia. Sus ojos ya Lo contemplan y ahora tiene la paz que quizá no siempre puedo encontrar en su vida terrena.
Ella fue la última de sus hermanos en fallecer. Vive la alegría del encuentro y seguro que intercede por los suyos, por los que siempre se interesó mucho, y por la Compañía y todas nuestras obras a las que siempre quiso y mostró interés por ellas.
Mª Dolores ya canta para siempre las misericordias del Señor. Damos gracias por su vida, por haberla conocido y por compartir con ella la vida porque todas nos enseñamos unas a otras y nos ayudamos a crecer desde nuestra realidad vital.