“Si no conocemos que recibimos…” Y realmente hemos reconocido todo lo que estamos recibiendo, por eso nos sentimos tan agradecidas. No es habitual en otras Congregaciones ocuparse de la formación de las hermanas cuando han superado las etapas iniciales, y menos cuando han superado también los 70 …
Hemos terminado la Formación de Tercera Etapa, unas 35 hermanas. Comenzamos en Tortosa al lado de San Enrique, y recordamos nuestro pasado con gratitud; en Ávila renovamos nuestro deseo de ser otras Teresa de Jesús viviendo nuestro presente con pasión;en Fátima, la Virgen nos invitó a mirar el futuro con esperanza.Y una vez recorridos estos escenarios de reflexión, pasaremos al último de ellos, el de la contemplación, pisando en Tierra Santa las huellas de Jesús.
El Tercer Encuentro que acabamos de terminar ha sido… ¡estupendo! Así lo hemos ido calificando todas por la calidad de los contenidos, el buen ambiente creado entre todas, la posibilidad de visitar a la Virgen de Fátima con frecuencia, y la perfecta organización del mismo.
Tuvimos dos buenas ponentes: Natalia Pla –“filósofa de delantal”, como se define ella- y Carmen Franch, stj. Entre las dos aportaron ideas y experiencia, nos ayudaron a crecer en confianza y hacer de nuestra vida un “Sí” al plan del Padre, como hizo Jesús, y como hicieron a su vez Teresa y Enrique, viviendo su Misterio Pascual.
Una “Mesa redonda” dirigida por Upe Hoyos y en la que participaron: Julia Montero, Concha Montfort, Ana Mª Cifrián y Pilar Pérez nos acercó al misterio de la vida y a la acción de Dios en personas y circunstancias tan distintas. Les agradecimos mucho el habernos dejado asomar a su intimidad personal y dar gracias a Dios con ellas y por ellas.
Participamos en oraciones sálmicas que nos había dejado preparadas nuestra hermana Carmen Cañada para esta ocasión. Y cuidamos mucho el aspecto de “celebración” que tanto contribuye para crear fraternidad: una excursión preciosa a los monasterios de Batalha y Alcobasa, un tiempo lúdico-participativo en el que nos divertimos muchísimo y algunas pinceladas de humor para cortar la monotonía de los viajes.
Habíamos tenido una oración de “envío” y terminamos con una Eucaristía de acción de gracias, porque teníamos tantas cosas que agradecer que era “santo y justo”. ¡Nos hubiera gustado que hubierais participado todas las hermanas, por eso os tuvimos presentes!
Carmen Franch, stj