La llamada del Capítulo General, recogida en la planificación provincial, despertó, en nuestra comunidad, el deseo y la inquietud de que, en Tarragona, cobre fuerza la Familia Teresiana. Sobre una base muy rica se fundaba nuestro deseo. Tenía como soporte la labor realizada por muchas hermanas durante años, a través del colegio, con alumnas, padres, antiguas alumnas y el MTA. La entrega de esas hermanas, unida a lo largo de los años a muchos laicos y laicas, no fue en vano, supuso una gran siembra. ¿El fruto? Aquí en Tarragona son muchas las personas que tienen un enorme cariño al carisma teresiano y vibran con la Santa y nuestro Padre. En una palabra, se sienten teresianas y así lo afirman.
¿Cómo visibilizar lo que ya existía? ¿Cómo debíamos actuar para unir tanta riqueza? El paso del gobierno general por la Provincia dio un nuevo impulso a nuestra inquietud y empezamos a dar los primeros pasos. Nos pusimos en contacto con algunas personas representantes de los diversos grupos: profesorado, padres, antiguas alumnas, MTA y las convocamos para hacerles nuestra propuesta que no pudo ser mejor acogida. En adelante, un grupo nos seguiremos viendo para continuar con el camino iniciado, en concreto, seis laicos y dos hermanas.
En la primera reunión tratamos de profundizar en el carisma y en el sentido y misión de la Familia Teresiana. En un segundo encuentro nos planteamos cómo ir creando esa red que nos lleve a sentirnos familia y qué medios pueden ayudarnos para conseguirlo.
Seguimos con ilusión contactando con personas en las que la semilla teresiana ha germinado con el deseo de “enredarnos” y poder todas juntas “conocer y amar a Jesús y hacerle conocer y amar” como quería San Enrique. En una palabra, hacer presente el Reino aquí en Tarragona.
