Gara es antigua alumna del colegio Santa Teresa de Jesús de Las Palmas de Gran Canaria. Mujer comprometida con los más vulnerables, esposa, madre de tres hijos, maestra… Recientemente su compromiso social ha dado un paso más. Interesados por su proceso de participación ciudadana activa y su implicación política, nos pusimos en contacto con ella para que nos contase.
¿Cómo surge tu compromiso político?
Lo que me mueve es la lucha por la justicia y por un mundo mejor para todos.
Siempre me he sentido llamada al activismo social, he trabajado en diferentes colectivos, religiosos o no, de lucha por los más necesitados. Poco a poco me di cuenta de que para cambiar estructuras no basta con luchar desde la base, sino que es necesario dar un salto al mundo de la política.
Muchas veces escuché que los cristianos debemos implicarnos en la política. Jesús mismo creo que fue un gran revolucionario que hizo temblar los planteamientos políticos de su época a favor de “las personas”.
Pero yo sentía que no era “lo mío”; además no me gustaba ninguno de los partidos, y solo me quedaba optar por “el menos malo”, aunque seguía sin dar ningún paso.
Y así, inquieta y en búsqueda, descubrí un partido que lucha precisamente por la justicia social. Su mismo nombre lo dice todo: POR UN MUNDO MÁS JUSTO (M+J). Su lema es: el fin de la pobreza es una decisión política.
Actualmente soy enlace de territorios y organización, y desempeño la tarea de encargarme de la actualización de la base de datos del partido.
¿Qué te ha influido para comprometerte en política?
Los valores que aprendí en el Colegio Teresiano son la base de mis inquietudes. Me siento muy agradecida por lo que recibí de mi querido colegio: desde valores fundamentales como el respeto, el saber estar, o la importancia de cuidar los detalles, hasta las experiencias de contacto con diferentes situaciones de necesidad o las convivencias.
Pero si tuviera que quedarme con uno de esos regalos me quedaría sin duda con la interioridad; el don de conocerme a mí misma, de entrar en mi castillo interior como dice Santa Teresa, de reconocer mis propias fortalezas y debilidades y de ahí, el con encuentro conmigo misma y con Dios.
Puede parecer una contradicción con todo lo dicho anteriormente, pero creo que no lo es.
La fuerza de todo lo que hago decididamente viene de Dios. Y a Él he llegado a conocerlo gracias a tantas mujeres de fe que pasaron por mi vida en el cole. ¡Me vienen a la cabeza tantos nombres de profesoras, tanto religiosas como laicas….! Y claro, mi querido MTA. El colegio dejó en mí una huella imborrable y entrañable, y siempre lo sentiré mío, parte de mi familia.
¿Algo más ha hecho que te comprometas?
Tengo tres hijos. Lucho para que ellos vivan en un mundo más justo y humano. Pero también para que cada uno de ellos, a su manera, luche por la justicia. Me gustaría que fueran ciudadanos activos y no sufrieran del mal de la indiferencia. A todos nos duele el sufrimiento de los demás, pero lo que nos falta es la acción, el compromiso, la denuncia… Así que, también lucho por mis hijos; quiero que mi estilo de vida influya en sus valores y en su implicación.
Hago mía la frase de Martin Luther King: “lo preocupante no es la perversidad de los malos sino la indiferencia de los buenos”.
Otro factor determinante en mi activismo en las redes sociales, y en la política, es el sufrimiento de tantos que buscan refugio. Personas que huyen de sus hogares por culpa de la guerra, de la miseria, de la violencia o de la falta de oportunidades. Es un dolor tan profundo que me lleva a denunciarlo, a hacer que se conozca lo que está ocurriendo, a visibilizarlo. Esto me llevó a entrar en un movimiento global vinculado al partido llamado sickofwaiting que denuncia la pasividad de los países ante este drama.
¿Qué les dirías a los jóvenes que dicen que no les interesa la política, a los indecisos, a los que no votan…?
Entiendo esa sensación de desencanto ante la política que deriva de la desesperanza ante la falta de alternativas (conocidas). Yo misma la he sentido. Pero creo que “joven” y “desesperanza” no deberían ir nunca en la misma frase. Invitaría a investigar, a buscar su propia alternativa, a no quedarse al margen, a participar activamente en la sociedad. Que no se queden con lo que ven por la tele porque hay mucha gente buena que lucha políticamente desde la base. La sociedad necesita a los jóvenes porque es urgente una nueva forma de hacer política.
Y termino con una frase vinculada a Eduardo Galeano que llama a la acción y nos da esperanza a los jóvenes y a todas las personas: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.