Durante el confinamiento de la pandemia, M. Victoria Molins escribió cuatro libros. Dos en catalán -«El carrer dels invisibles» y «Des de la presó»- y dos en castellano: «Una ventana al Raval» y el que ahora comento. Tres ya están editados y el cuarto saldrá en este mes de marzo a la luz. El de «Una ventana al Raval» lo comentaré más adelante porque se trata del resumen de los 25 años que en este 2021 celebrará la comunidad del Raval. Explica un tipo de itinerancia que se da en una comunidad de inserción al acomodarse a los cambios que se van produciendo en el barrio y saliendo al encuentro de «los signos de los tiempos».
Creo que este libro del que ahora os hablo vale la pena que, de un modo u otro, llegue a nuestras comunidades porque está muy ligado a nuestra misión carismática: la educación.
Fue un educador muy conocido y creador de numerosos libros y artículos, Gregorio Luri, el que acuñó esa frase en una conferencia, y que ahora es el título del libro de Victoria. Fue a su vez pronunciada por el premio Nobel de la Literatura, Albert Camus. Sí, todos, todos, ricos y pobres, de una raza o de otra, todos somos dignos de ese conocimiento que proporciona la educación.
Luri conoció a Victòria en una feria del libro y ha leído muchos de sus libros. Fue él quien la habló a su editor para que ella -que ha tenido experiencia a lo largo de su vida en la educación de los dos ámbitos -el de la clase media-alta y el de la marginación- pudiera hablar del tema desde esa capacidad narrativa y experimental que caracteriza a sus libros.
Vale la pena acercarse a «Dignos de conocer el mundo», empezado por el prólogo del propio Luri, que hace un elogio del estilo «tan teresiano» de M.V. Molins, habla con conocimiento de causa de Santa Teresa y admira la capacidad narrativa de la autora de este libro. En él M. Victoria empieza por presentar la riqueza educativa de nuestro carisma transmitida por San Enrique de Ossó, -contemporáneo y admirador de «La Institución Libre de enseñanza»-, los valores educativos que ella ha aprendido en la Compañía, y su propia experiencia. En ella se manifiesta el contraste de dos ambientes y los mismos principios educativos en una seria de casos vividos por ella en los dos tipos de educación: la reglada y la que podríamos llamar social o desde ambientes pobres y marginados.
Se ha mandado un ejemplar a la prefectura general de Educación y se os dirá la manera de adquirirlo en las comunidades y en los colegios. Creemos que vale la pena conocerlo y darlo a conocer.
Pilar Rodríguez Briz, stj