Desde que cerrara el colegio de Ciudad Rodrigo, allí estaba, entre “los arcos”, en el claustro, la estatua de San Enrique. Aún acompañado por niños y niñas en ambiente escolar, pero nosotros “le echábamos de menos”. Queríamos traerlo entre teresianos, a nuestro colegio. Hemos tardado, pero al fin, aquí está.
Ha sido en la mañana de este 27 de Enero, coincidiendo con los 125 años de su encuentro con el Padre, cuando hemos descubierto su imagen en bronce a las puertas del Colegio de Salamanca, acercando a nosotros aquella historia de aquel nuestro colegio Centenario que, en Ciudad Rodrigo, el mismo San Enrique hizo posible y que también fue Escuela de Magisterio, donde se formaron tantas maestras.
Ha sido un acto sencillo y entrañable. En otras circunstancias seguro multitudinario. En esta ocasión con representantes de todos: Hermanas, Equipo Directivo, profesores, PAS, padres, alumnos, MTA… Unas palabras de la Directora Titular, Esther Sánchez y de la Coordinadora de la Comunidad, Mariola Iglesias.
En el 2020 la ONU celebró su 75 aniversario. Esta institución es símbolo de unión y cooperación. Por eso consideramos que unirnos a sus propuestas y acciones nos ayuda a tomar conciencia de nuestra realidad mundial y de que nuestras acciones son muy importantes para que nuestro mundo sea mejor y más justo. Por eso uniéndonos a sus propuestas, desde el Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible, Año Internacional de la Paz y la Confianza, Año Internacional de las Frutas y Verduras y Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil, los alumnos escribieron sus sueños en cintas de colores uniéndolos al sueño teresiano de Enrique. Con estas cintas formando una guirnalda, se envolvió la estatua, simbolizando nuestro compromiso con el mundo, acompañados por el Padre Enrique como nuestro guía y maestro.
El acto se retransmitió por Meet para todo el colegio y así todos los alumnos y profesores pudimos estar presentes de forma virtual. Juntos terminamos unidos en un aplauso conjunto que pudo oírse por todo el colegio.
A la salida, cuando los padres vinieron a buscar a los niños y los alumnos mayores salían, se oían comentarios de lo que gusta, fotos de familias, niños, compañeros…
Un gusto tenerte aquí, San Enrique. Acompaña nuestro colegio y a todos los que en él vivimos, trabajamos, nos enseñamos y aprendemos a conocer y amar a Jesús y hacerle conocer y amar. Gracias por este privilegio.